I- Advertencia metodológica

1El presente trabajo representa el avance y estado actual de una investigación mucho más amplia dedicada al estudio, desarrollo y repercusión del teatro del Estado de México. Éste concentra 3 tareas; elaboración de una base de datos sobre lo acontecido en el periodo seleccionado (1994), compilación de materiales especiales (vídeo, fotografía, carteles, programas de mano, etc.) y un estudio interpretativo sobre la producción y los eventos en materia teatral. En concreto, nuestra investigación se basa en la utilización estadística y cruce de la información antes descrita para lograr su objetivo.

2Existen diversos métodos de aproximación a la historia, por ejemplo, el sociológico, el estructuralista, el neoestructuralista, etc. Cada uno enfocado a diversos propósitos para obtener diversos productos. En lo personal, no es de nuestro interés validar o comprobar la capacidad simbólica de los sistemas teatrales hacia el interior de su propia estructura. Nuestro objetivo, al tratar de aproximarnos a los eventos escénicos históricos, parte de reconocer, en rigor, las condiciones de recepción y el impacto causado por la representación al momento mismo de su espectación. Pero, por encima de los anteriores 2 propósitos, detectar los instrumentos de mediación los cuales intervienen en la recepción del sentido. La teoría de la recepción se preocupa de las condiciones que mediatizan al proceso de apropiación del sentido. A pesar de todo, si nosotros seleccionamos a la teoría de la recepción como instrumento quirúrgico de introspección histórica, dicha razón obedece a la necesidad de comprender al fenómeno teatral desde ópticas complementarias. Comprender a la puesta en escena, a partir de su recepción, representa aportar confianza para explicar la repercusión de un montaje en su momento mismo de producción.

II- Aparato crítico

3Para nuestra investigación hemos basado nuestro marco conceptual en los estudios aplicados a la disciplina literaria del Dr. Alberto Vital.

4Específicamente, a través de su obra El arriero en el Danubio, intentaremos aproximarnos a las capas mediadoras inmanentesa la recepción de la puesta en escena Poquita fe, montada y escrita por el Mtro. Adam Guevara en Toluca, Estado de México.

5Previamente, es importante recalcar la justificante de la presente aplicación: En primer término, para designar trascendente a una obra, es imposible valorarla a través de su sola estructura. Tanto una escultura, como una puesta en escena o un film el cual se exhibe sin la presencia del espectador no cumple su función como objeto artístico. Hace falta la participación de un sujeto –intérprete– quien cargue de valor, de ideología, de reglas, a éste. La naturaleza de los objetos artísticos demanda la fruición estética de los mismos. Por tanto, aplicar al estudio de una puesta en escena la teoría de la recepción nos puede revelar su repercusión sociológica, estética, moral y hasta política, a través del efecto causado en el conjunto de los espectadores ante los cuales tuvo contacto. No nos preocupamos por aquello que el texto demandaba ser al momento de interpretarse por el director (esencialidad del texto), ni por aquello otro que la representación intentaba comunicar (intencionalidad) al escenificarse, sino, el impacto finalmente causado en los receptores.

III- Poquita fe

6(Montaje de grado de la 3^a. Generación de Egresados de la Lic. en Arte Dramático de la U. A. E. M.)

7Para hacer más clara nuestra exposición, me he permitido editar fragmentos de este montaje, el cual presentamos a Ustedes. Dicha escena nos sitúa en un cuartel militar donde ha sido capturada una pareja de indígenas. Los militares los creen simpatizantes del EZLN por lo cual son torturados. Los indígenas son inocentes, ellos fueron aprehendidos en un claro de la montaña porque iban a presenciar « los efectos » de la entrada en vigor del Tratado del Libre Comercio. Ocurre una confusión. Los indígenas estaban en el lugar y en el momento menos indicados ya que coinciden con el levantamiento zapatista del 31 de diciembre de 1993.

8Ya que este montaje toma como material de primera mano acontecimientos políticos para su conformación, de inmediato asaltan diversas interrogantes: ¿bajo qué causales tuvo o dejó de tener éxito esta representación? ¿Existen parámetros para fundamentar una crítica sobre el impacto causado por esta obra? ¿Es gracias al gusto del público o a la benevolencia de la crítica especializada? ¿Es la disposición de los sistemas teatrales? o ¿La necesidad social de un tipo de teatro como éste? ¿La corresponsabilidad de esta obra con los patrones estéticos eventualmente vigentes?

9Si revisamos con detenimiento, la crítica teatral, hecha por especialistas determina drásticamente la perennidad de la obra artística porque a menudo su opinión dispone los criterios de trascendencia histórica. No hace falta esperar a que el tiempo se encargue de dar justicia a una representación si desde ahora podemos discriminar, metodológicamente, los aportes de cualquier representación a través del, insisto, impacto causado.

10La historia, ha dejado en el olvido representaciones y obras dramáticas de fundamental aportación. No hace falta citar ejemplos. De todos es muy conocido, tal es así que muchas de las ponencias de diversos Congresos o Coloquios rescatan, casi de manera arqueológica a veces, dichos olvidos de la historia oficial, -a veces intencionales o por desconocimiento-. Por lo anterior, un objetivo tangencial del presente estudio se centra en dotar de herramientas a la propia historia para discernir aquello que vale para inscribirse en el tiempo como aportación estética, social o de cualquier índole.

11Ante tal planteamiento, someto a su consideración mi esquema y al mismo tiempo lo acompaño con el análisis de Poquita fe para tratar de dar claridad a mis propósitos.

IV- Horizonte de expectativas I

A- Ambiente social y político

12La realidad nacional es altamente compleja. La realidad nacional se ha fragmentado en diversas versiones y es presentada mediante diversos escenarios ante diversos espectadores. Los mecanismos de minimización del Estado han trabajado eficazmente a tal grado que, literalmente nadie sabe nada. En tal virtud, los medios para acercarse a la realidad nacional trabajan con base en imágenes de lo que suponemos o nos hacen suponer como verdad. El estudio de estas imágenes es fundamental pues son ellas el filtro a través del cual una puesta en escena es recibida. Para todos los presentes resulta obvio el diseño de ese gran teatro formulado para encubrir la corrupción, el autoritarismo, la miseria y el hambre en México. Sin embargo, la anteposición de esas imágenes de la realidad surte efecto en el grueso de la población cuando, por ejemplo, presencia una obra de teatro. En resumen, el marco de referencialidad del espectador tiene como exclusiva apelación esa visión (imagen) del mundo incrustada por el aparato de gobierno u otras instituciones.

13Nos interesa hacer evidente que el espectador también es intérprete y para poder apreciar una obra, eventualmente éste la recibe bajo un marco conceptual prediseñado.

14Dado que esta representación apela a un evento de impacto social y político de manera inmediata, menester es establecer las condiciones ideológicas ostentadas por los espectadores en el momento de representación de Poquita fe. Algunas de estas reflexiones son muy conocidas por todos, pero en el futuro su ausencia repercute en la descontextualización de la obra con su entorno.

B- Chiapas 1994

15La República Mexicana vuelve los ojos a esa zona marginada donde los más pobres se vuelven estandarte del cambio social. El pueblo mexicano se identifica con dicho sector como legítimo poseedor de la verdad. Al mismo tiempo el EZLN se distingue por hacer frente a una ola de mentiras y corruptelas del aparato gubernamental. El EZLN ostenta la máscara de la libertad. Son los pobres quienes levantan la voz para exigir el derecho a vivir dignamente. Ellos establecerán una empatia con todo el pueblo mexicano mientras que, por su parte, el ejército recuperará su estigma como aparato –exclusivamente– represor. Asesino de inocentes.

16Toda esta imagen es actualizada por el espectador de Poquita fe quien de inmediato coteja su imagen con la realidad escénica. Observar en escena a aquellos personajes, no era observar a la ficción sino a la realidad llevada a nuestros ojos bajo una ligera capa ficcional. El efecto enfático era muy especial, tal parecía que la realidad no era procesada a través de la ilusión. Era la realidad la que estaba siendo observada y juzgada. Invocar el rostro de Zapata en esta representación teatral, no era un efecto meramente estético, era un símbolo traspasado, vía el teatro, de identidad nacional. Tanto el propósito escénico como la convicción ideológica del espectador concordaban en este caso. La denotación del rostro estaba mediada por la opinión pública antes que por su papel escénico.

17En lo referente a los medios, después del levantamiento chiapaneco, Televisa reafirmó su personalidad como cómplice del gobierno encubriendo o manipulando la información de esa ya fragmentada realidad nacional. Televisa era, junto con otras instituciones, una máquina diseñadora de realidades nacionales en respuesta a la necesidad de esos mecanismos de minimización.

18Mientras, TV Azteca se alzó como único portavoz de la verdad. Por lo tanto, al ver en el escenario un empleado editando un vídeo, inmediatamente el público lo relacionaba con Televisa. La imagen de la realidad trasciende a la discursividad fictiva del escenario, en este caso. Este ejemplo reafirma que la creación artística sólo se puede valorar y validar en su recepción más que en su conformación estructural.

19Poquita fe utiliza acontecimientos inmediatos para estructurar su discurso. Este tipo de teatro depende de la realidad, de la historia o del conjunto de imágenes anteriormente expuestas para poder manifestarse. Depende de la corresponsabilidad realidad-ficción para mostrarse vigente.

V- Horizonte de expectativas II

A- Condiciones de producción espectacular

20Razonar un poco la repercusión de esta obra encuentra eco al diagnosticar el entorno en materia cultural. El Estado de México se distingue por instalar ciertas líneas de promoción para montajes teatrales. La mayoría de las puestas en escena contemporáneas a Poquita fe respondían a las exigencias de las instituciones culturales: Ausencia del aparato escenográfico, y facilidad de transportación, son los criterios para divulgar una obra, evidentemente, por encima de lo estético. Por tal motivo, acostumbrado el público a ver este tipo de teatro pobre, se crearon las condiciones para recibir de manera particular a Poquita fe. La presencia de este elemento influye en la recepción para poder discriminar (degustar) a la obra artística.

21Más aún, el gusto del público mexiquense se encuentra delineado por 2 factores: lo que viene a ser el teatro comercial del DF que es promovido fuertemente en la entidad y aquel otro difundido por nuestros amateurs y por los teatristas locales.

22En Toluca se presentó un 50 % más de obras visitantes en comparación con las producidas allí. Estas escenificaciones itinerantes pertenecen al género comercial. Siempre abarrotadas en cada una de sus representaciones.

23Paradójicamente presentar obras tan ligeras donde prevalecen los albures, la infidelidad o los enredos de la manera más solaz, se convierte en un parámetro del espectador pues su temática es tan digerible que todo el mundo le entiende y por tanto se divierte. Caso contrario ocurre con el teatro producido por nuestros teatristas mexiquenses los cuales ponen en escena textos sumamente complejos (casi el 50 %) o bien aplican un estilo de escenificación bastante sofisticada (40 %). Por tanto, nuestro espectador difícilmente se puede acercar a este teatro intelectual. Llevar a la escena Antígona furiosa, La hija de Rapacchini o Muchacha del alma con un estilo de escenificación muy propio, aleja a nuestro público pues su capacidad de referenciar el presente en la realidad de la representación es muy difícil.

24Recapitulando, Poquita fe hablaba de un movimiento social y político donde nuestro espectador estaba más que informado y desinformado. El espectador mexiquense experimentaba competencia para poder apreciar el montaje y más aún, tomar postura ante la ficción. Paradójicamente, el espectador contaba con criterio para ver la obra y por tanto, su papel receptivo era mucho más complejo. No podía quedar absorto por la representación aunque fuera el objetivo de la obra. Su papel crítico estaba dado antes de entrar a la ficción. Ese llamado gusto, nombrado en un principio significa en este caso, sencillamente contar con elementos referenciales para poder apreciar la obra.

25El teatro político se distingue entonces como un fenómeno de corresponsabilidad social pues se desprende del acontecer cotidiano del individuo. Su evaluación, deviene directamente del impacto causado ante el público. Sin embargo, en este tipo de teatro, los juicios de evaluación se diversifican en 2 corrientes: El efecto social vs. el efecto estético. Vale la pena recapitular una frase aplicada a Poquita fe por parte de los espectadores: « los felicito por tener valor ». Mediante este comentario, era evidente que se perdía de vista el aspecto artístico y en su lugar el reconocimiento político servía de parámetro.

B- Condiciones de recepción de un montaje hecho con base en acontecimientos de la realidad inmediata; en este caso, políticos. Delimitación conceptual

26Mediante el análisis anteriormente expuesto, hemos diseccionado a Poquita fe en un momento específico de recepción. Sabemos que tuvo una gran acogida pues cumplía con las expectativas del público. Sabemos que también fue bien recibida porque su contexto le permitió sobresalir en un ambiente poco fecundo. Sin embargo, este análisis puede ser extremadamente estéril.

27Específicamente: se ha dicho sobre el teatro inmediatista que su principal defecto se descubre en su carácter efímero. Los acontecimientos caducan rápidamente y su vigencia termina junto con los capítulos históricos. A pesar de todo, nuestra tesis se inclina a demostrar el carácter atemporal del teatro inmediatista, por tanto, debemos fundamentar 2 principales razonamientos:

1. El discurso del teatro inmediatista no es caduco.

2. La vigencia del aparato espectacular y, en general, discursivo del teatro inmediatista no descansa en los eventos sociales o políticos en los cuales basamentó su estructura.

C- Retrospectiva Movilidad del marco de imágenes del receptor

28Las imágenes que tenemos del mundo cambian continuamente. Luego entonces, la perspectiva que podía tener una obra de teatro puede cambiar radicalmente si éstas se modifican.

29Es decir, si el núcleo de valores, de supuestos ideológicos bajo los cuales se ha construido una imagen del mundo se ven afectados, la obra teatral (que en comparación sí ha fijado su concepto del mundo) puede transformar el sentido de su discurso. La obra es la misma, su postura es la misma, lo que ha cambiado es el horizonte de expectativas del receptor.

D- Conjeturas verosímiles

Supuesto 1. El mundial

30Poquita fe contemplaba al mundial de fútbol para estructurar su relato. Sin embargo si se trata de una fiesta tetranual, existe la posibilidad de que ese discurso pueda validarse en 1998 por ejemplo. No tendrá el sentido impreso del 94 pero sí propondrá un nuevo sentido con base en la intencionalidad del 94. Las condiciones de recepción están preparadas para referencializar a la obra artística.

Supuesto 2. El ejército

31Existe en este año una serie de acontecimientos en la vida nacional muy significativos. El ejército tiene un estigma después de la represión de 1968. A 30 años, esta imagen de dicha institución se refuerza después del ataque a Chiapas. A pesar de ello, en septiembre, la imagen del ejército se ha modificado epidérmicamente. Un desastre natural arrasó a Chiapas y los mecanismos de diseño de imagen gubernamentales y de los medios de comunicación ensalzan a esta institución por su « heroico papel para socorrer a los pobres que anteriormente habían reprimido de manera violenta. A pesar de los esfuerzos del aparato en el poder, el aniversario del movimiento estudiantil del 2 de octubre, devuelve el estigma a dicha institución. Si Poquita fe se hubiera repuesto en 1998 y todos los acontecimientos hubieran ocurrido de un solo golpe, la recepción sería poco lineal en aquellos sectores que han sido vulnerados, mediante este implante de imágenes. Y sin embargo, el sentido inmanente del texto no se mueve. La ideología del discurso teatral no se mueve por sí misma sino hasta que la historia nuevamente reúne los ingredientes de un capítulo de la humanidad.

32El teatro inmediatista, por tanto, no es efímero, el teatro inmediatista es atemporal si entendemos a este concepto como la cíclica coincidencia de los eventos históricos que pueden justificar la vigencia de un texto (referencialidad). Poquita fe se degusta por las imágenes que utiliza del mundo y de las otras tantas, de las cuales, está rodeada. Si la historia nos permite reunir a algunas de esas condiciones de producción de nuevo, seguramente Poquita fe volverá a ser tan presente como la revolución. La historia es circular.