Les ministres des Finances de la Révolution française au Second Empire (II)

This dictionary covers 45 extremely well-researched biographical notes in three volumes on the finance ministers from the French Revolution to the end of the Second French Empire. In writing these biographies, generally illustrated with a portrait, the author has sifted through previously unused archives such as notarial archives to provide a wealth of details on each minister’s family, education, family fortune, career and role in public finance management. These ministers’ lives outline the entire financial history of France over the period. 

In this second volume covering the period from the Bourbon Restoration (1814) to the end of the July Monarchy (1848), the author highlights the importance of the actions of five eminent ministerial figures in the form of Louis, Corvetto, Villèle, Humann and Lacave-Laplagne. These ministers drew up the blueprint for the financial organisation of modern day France: merger of public finances and public treasury into one ministry, development of the parliamentary procedure for voting on the annual budget and auditing the execution of past financial years, development of the single purpose expenditure rule, adjustment of the general movement of funds involving the Banque de France and the use of Treasury bills and notes, public accounting regulations, etc. The only surviving relic was the use of perpetual bonds, which raised the problem of the diversification of the bond rate, the conversion of bonds into a lower denomination and debt redemption. The annual budget rose from 900 million in 1816 to nearly one and a half billion in 1848 as the infrastructure policy, especially the building of the railways, started digging a huge deficit hole in 1840, undermining the soundness of the system.

Este diccionario reúne en cuarentaicinco reseñas repartidas en tres volúmenes las biografías muy documentadas de los ministros de Finanzas franceses desde la Revolución a finales del II Imperio. Ilustradas en su mayoría con un retrato y ampliadas gracias al estudio pormenorizado de archivos que hasta ahora permanecían sin explotar –como los archivos notariales–, cada reseña detalla las informaciones recabadas acerca de la familia de cada ministro, de la educación recibida, de la fortuna familiar y, por último, de su carrera y papel en la gestión de las finanzas. Toda la historia financiera de la Francia de la época queda retratada a través de la trayectoria de cada ministro.

En este segundo volumen que abarca desde la Restauración (1814) hasta el final de la Monarquía de Julio (1848) el autor se centra en destacar la importancia de la acción ejercida por cinco eminentes figuras: Louis, Corvetto, Villèle, Humann y Lacave-Laplagne. Estos ministros definieron esencialmente las grandes líneas de la organización financiera de la Francia contemporánea: unión de las Finanzas y el Tesoro en un solo ministerio, implantación del procedimiento parlamentario de voto del presupuesto anual y control de la ejecución de los ejercicios pasados, desarrollo del principio de especialidad presupuestaria, regularización del movimiento general de fondos en relación con Banque de France y utilización de los bonos del Tesoro, reglamentación de la contabilidad pública… La única permanencia arcaica que se mantenía era el recurso al préstamo a perpetuidad, lo cual planteaba el problema de la diversificación de los tipos de interés, de la conversión de las rentas y de la amortización de la deuda. El presupuesto anual, que en 1816 se situaba en 900 millones, rondaba en 1848 los 1 500 millones. En este sentido, hay que tener en cuenta que la política de grandes obras –en particular la construcción del ferrocarril– había provocado a partir de 1840 un déficit creciente que comprometía la solidez del régimen.