Ni con Lima ni con Buenos Aires
|Capítulo XXII. Consecuencias de la batalla de Ayacucho (9 de diciembre de 1824)
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Extrait du texte
Una guerrita táctica (enero-abril, 1825)
Apenas disipado el humo de los cañones en Ayacucho, el 9 de diciembre de 1824, el mariscal Antonio José de Sucre empezó a cavilar sobre los próximos pasos para lograr el control total del Perú tanto el bajo como el alto. En virtud de la capitulación firmada en el mismo campo de batalla, el general Agustín Gamarra, acompañado de un edecán de Canterac, el derrotado jefe español, recibió el mando del departamento de Cuzco. Otros dos oficiales llevaron a cabo la misma ceremonia en los departamentos de Arequipa y Puno. Desde su cuartel general en Huamanga, Sucre informa al ministro de Guerra del Perú que pronto iniciaría su marcha a Cuzco diciéndole:
De allí estableceré mis relaciones con el general Olañeta, pero como los españoles me han dicho que dudan de él, estableceré también mis comunicaciones con el general Aguilera que todos reputan patriota [...].1
El vencedor de Ayacucho decidió situar puestos avanzados en puntos aledaños al Titicaca y el D...
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