Capítulo IV. Las insurrecciones americanas

p. 189-255


Extrait

1En sus comienzos, la crisis americana ha seguido, fase por fase, la misma trayectoria que la de la metrópoli. En un primer período aparecieron las juntas, que destituyeron a las autoridades sospechosas de simpatías por los franceses, a fin de asegurar la defensa de la fe y de los derechos de Fernando VII. Los insurgentes comenzaron a continuación a darse una representación y un gobierno. La voluntad de ruptura no se manifestó sino después de la condena de las iniciativas americanas por instancias metropolitanas de legitimidad cuestionable.1

2Desde 1809 -en mayo en Chuquisaca, en julio en La Paz, en agosto en Quito-las dos Audiencias de Charcas y de Quito constituyeron juntas revolucionarias. Nada de sorprendente en esta precocidad: una y otra alejadas del centro de su respectivo virreinato, era más fácil llevar a cabo en ellas proyectos independentistas. Lima, a pesar de algunos complotes, formaba por entonces la base realista más firme de América del Sur. La insurrección de Hu

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