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    Plan

    Plan détaillé Texte intégral 1. A falta de hijos propios, hijos naturales 2. Los tiempos de libertad y soltería 3. La historia se repite: de tal palo, tal astilla 4. Hijos Naturales de padres "de lustre y reputación" 5. Hijos naturales encubiertos 6. El Libro de Defunciones de Hualgayoc Notes de bas de page Notes de fin Auteur

    El norte en la historia regional, siglos XVIII-XIX

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    Hijos naturales "sin impedimento alguno." la ilegitimidad en el mineral de Hualgayoc, Cajamarca. (1780-1845)1

    Scarlett O’Phelan Godoy

    p. 215-240

    Texte intégral 1. A falta de hijos propios, hijos naturales 2. Los tiempos de libertad y soltería 3. La historia se repite: de tal palo, tal astilla 4. Hijos Naturales de padres "de lustre y reputación" 5. Hijos naturales encubiertos 6. El Libro de Defunciones de Hualgayoc Notes de bas de page Notes de fin Auteur

    Texte intégral

    Guayaquil, 1852

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    Guayaquil, Auguste Vaillant (1852). Voyage autour du monde.

    Fotografía: Wilfredo Loayza.

    1En 1771 se descubrió en Cajamarca el mineral de plata de Hualgayoc el cual, en breve tiempo, se convirtió en el segundo en importancia dentro del Virreinato del Perú.1 Este "manantial de riqueza", como lo denominó José Ignacio de Lequanda al visitarlo en 1792,2 no sólo modificó la estructura económica de la región norte que, hasta ese momento, había incursionado sólo marginalmente en la explotación minera, concentrándose en la actividad agraria y textil.3También propició un notable movimiento migratorio de pobladores que arribaron al centro minero procedentes tanto de las provincias vecinas a Cajamarca –particularmente Huamachuco, Pataz, Conchucos– como de la península, atraídos por la posibilidad de hacer "pingues" ganancias como comerciantes y mineros.4

    2Es posible observar, a través de los testamentos que algunos de estos individuos suscribieron, el significativo índice de ilegitimidad que existió en el mineral y en las provincias que como Trujillo, Lambayeque, Piura y Chachapoyas, estaban articuladas al engranaje comercial que se montó con el fin de aprovisionar las minas. Lo extendido del fenómeno no puede pasarse por alto y bien merece la atención de un estudio. El presente ensayo no pretende explorar exhaustivamente el tema, ni realizar series demográficas y curvas estadísticas a partir de los registros parroquiales. Las fuentes que se han utilizado son de otra índole. Responden a la necesidad que tuvieron los mineros y comerciantes de hacer un recuento de sus hijos –legítimos e ilegítimos–y de sus propiedades, antes de realizar un viaje riesgoso, al hallarse enfermos, o encontrarse en artículo de muerte. Es decir, al momento de testar.

    3La muestra utilizada –42 casos documentados– es reducida pero ilustrativa. Se ha recogido haciendo un sondeo de los registros notariales entre 1780-1845 y es diversa, en la medida que no se circunscribe a los individuos más prominentes que testaron, sino que abarca tanto a los mineros y comerciantes importantes, como a los de extracción más modesta. Paralelamente se ha recurrido, como material de apoyo, al Libro de Defunciones del mineral de Hualgayoc que cubre los años de 1789 a 1825 en forma ininterrumpida. Esto con el fin de establecer algunos patrones generales sobre las relaciones ilícitas y la bastardía que estuvo presente en el centro minero, aunque el foco central del análisis corresponda a la actitud y comportamiento que existió en el período colonial tardío frente a la concepción y presencia de los "hijos naturales."

    4Es un hecho aceptado que las estadísticas que respaldan los estudios sobre temas de ilegitimidad son imprecisas.5 Lo que indudablemente reflejan es una postura frente al matrimonio y la moral sexual en vigencia.6 Aunque no es una tónica común que un hijo natural sea descrito abiertamente como tal,7 comprobamos que cuando se conoce el nombre del padre, y hay un compromiso de paternidad establecido, existen menos reparos de atribuirle el status de natural. Por el contrario, hay ocasiones en que el hijo bastardo es abandonado en la casa de un vecino, en una hacienda, en el umbral de un presbiterio, o en el atrio de una iglesia, recibiendo entonces el calificativo de "hijo expósito o expuesto", lo que implica que se trata de hijos de padres desconocidos.8

    5La ilegitimidad debió ser notable durante la colonia, no en vano en el siglo xviii el Virrey Castelfuerte fue informado que en el Cusco el número debastardos sobrepasaba al de hijos legítimos.9 En el Alto Perú, entre 1775 y 1777 fueron llevados a la pila bautismal de la iglesia catedral de la ciudad de La Paz 456 recién nacidos de los cuales 183 (40%) fueron declarados como hijos naturales, 251 (55%) como legítimos y 22 (5%) como expósitos. Veinte años más tarde, entre 1801 y 1805, el porcentaje de hijos naturales se elevó a 50% y el de expósitos a 9%.10 Parece, incluso, que la bastardía se concentraba en ciertas familias donde la mujer podía engendrar no uno, sino varios hijos ilegítimos."11

    6Pero hay que establecer diferencias. Los hijos naturales podían ser producto de relaciones ilícitas entre hombres y mujeres solteros, o ser denominados "espurios" cuando eran resultado de relaciones adúlteras o incestuosas.12 En éste último caso resultaba menos perjudicial registrarlos como huérfanos o expósitos, con lo cual se encubría su verdadera identidad.13 Tanto los hijos naturales como los hijos expósitos eran ilegítimos. No obstante, los primeros tenían derecho a heredar si dentro del testamento de sus padres eran reconocidos. Así, los testamentos con que trabajaremos en el presente estudio son documentos claves en los cuales se dejaba constancia de la presencia de hijos naturales pudiendo éstos, a partir de ello, estar sujetos a una sucesión testamentaria. Más aún, no hay que olvidar que en una sociedad influenciada por patrones agrarios el sistema hereditario es una piedra angular para entender la organización económica y social.14

    7Así, si bien es cierto que la ilegitimidad queda plasmada en los libros parroquiales,15 es oportuno destacar que también se refleja –como lo demostraremos– en los libros notariales. Aunque un porcentaje de hijos naturales fue legitimado por el posterior matrimonio de sus padres, las cifras que se barajan para Europa son de 1 /3 a 1 /4 del total de los registrados.16 Algo similar ocurrió en Indias, como lo evidencian los trabajos de Mannarelli, Twinam y Socolow, entre otros. Se constata entonces que un alto porcentaje de individuos permanecieron sugetos a la condición de bastardía.

    8Además, no siempre la convivencia temporal llegó a convertirse en un concubinato permanente. Como ha sido observado para Europa, los nacimientos ilegítimos se volvían relativamente comunes cuando el matrimonio era largamente retardado.17 Adicionalmente, una situación de crisis económica también contribuía a disuadir a la pareja de pasar por el registro matrimonial. La falta de una cobertura económica adecuada era, en todo caso, un socorrido argumento empleado por el hombre para sustentar su incapacidad de contraer matrimonio o, por lo menos, intentar retrasarlo. Siempre podía aducir que antes de casarse sus finanzas debía están en condiciones óptimas para formar una nueva familia.18

    9Los "compromisos postergados" fueron bastante frecuentes durante el período colonial. Los esposales no significaban, necesariamente, el matrimonio. La confusión que existió al respecto generó que numerosas mujeres luego de comprometerse con un hombre accedieran a tener relaciones sexuales, engendrando como resultado de ello hijos ilegítimos. Es decir, la frontera entre la etapa del noviazgo y la vida matrimonial propiamente dicha era muy difusa. Además, las relaciones sexuales se iniciaban prontamente. Para Chile, René Salinas Meza ha observado que de 50 procesos registrados por incumplimiento de palabra matrimonial a partir de 1736, en 39 de ellos la novia era menor de 20 años e, inclusive, hubo tres casos de novias de sólo 12 años.19

    10Se ha podido constatar que durante el período colonial el concubinato no era patrimonio exclusivo de la nobleza o de la clase alta sino que se propagó, particularmente, entre los grupos sociales menos favorecidos.20 El concubinato es descrito como un medio utilizado para mantener relaciones de pareja entre los criollos pobres de la plebe, así como entre los indios y mulatos. Más aún, no era inusual que las uniones raciales mixtas por lo general se constituyeran bajo el principio del amancebamiento, antes de contar con la bendición de las autoridades correspondientes. No faltaron españoles y criollos que tomaron como concubinas a mujeres mestizas y mulatas, aunque al momento de casarse optaron por una mujer blanca.21 Al igual que en Europa, el concubinato coexistió con la monogamia.22 Según Pablo Macera el concubinato no era considerado un método de aparejamiento inmoral, en la medida que existiera una garantía de permanencia.23 Se entiende entonces que en el México colonial muchas mujeres vivieran solteras pero amancebadas.24

    11El concubinato fue más frecuente entre las castas que entre los indios.25 Estos últimos eran empujados a contraer matrimonio por la presión que ejercía sobre ellos el tributo indígena. La ilegitimidad tuvo entonces más incidencia entre mestizos, zambos y mulatos. Coincidentemente, las estadísticas de Martínez Compañón demuestran que el obispo censó en Hualgayoc 1,896 mixtos frente a 1,199 pardos y sólo 400 indios.26 Aparentemente el centro minero estaba conformado sobre todo por castas –más propensas a mantener relaciones ilícitas– siendo los indios una población marginal. Esto se constata con una afirmación del cura de indios de la parroquia de Chota quien consideraba que no tenía jurisdicción sobre Hualgayoc "por la naturaleza de sus habitantes."27

    12No sólo el concubinato sino también el adulterio debió ser un fenómeno extendido en el período colonial en la medida que es un tema recurrente en los autos judiciales para solicitar la separación de los cónyuges. Las quejas iban desde que el marido no acataba "la fidelidad conyugal viviendo hace mucho tiempo en adulterio", hasta considerar el amancebamiento como algo más grave que el maltrato físico. Lo más intolerable era que el marido "olvidándose de sus deberes ha entrado en relaciones ilícitas con otra mujer."28 No obstante, hay que dejar constancia que el adulterio masculino era más fácilmente tolerado que el femenino.29 Inclusive, la prostitución adquiría una mayor gravedad si la ejercía una mujer casada.30

    13En muchas ocasiones las relaciones adúlteras no eran casuales sino establecidas por un prolongado período de tiempo. Para el caso de Buenos Aires, por ejemplo, se habla de relaciones adúlteras que duraron una veintena de años y que, además, eran del conocimiento público.31 Precisamente, el alto índice de nacimientos ilegítimos estaba en correlación con la extensión y aceptación con que contaban las relaciones ilícitas. No obstante, los tribunales eclesiásticos trataban de estar bien informados de los casos de abandono, adulterio, concubinato, bigamia e incesto, y promovían las periódicas denuncias de parte de los vecinos de una ciudad o un poblado.32 En teoría, amancebamiento y bigamia eran perseguidos por la Inquisición por ser considerados transgresiones morales.33 Inclusive podían forzar al hombre a casarse con su concubina, a pesar de las diferencias raciales. El matrimonio era considerado, obviamente, un status superior al concubinato.34 Hay que notar, sin embargo, que el control venía por parte de la Iglesia, no del lado de las autoridades civiles.35 El Provisorato Eclesiástico en México, por ejemplo, sancionaba con cárcel y hasta con una remuneración económica conocida como "dote de reparación", a aquellos novios que luego de desflorar a sus prometidas, se mostraban reacios a contraer matrimonio.36

    14Un argumento contundente para favorecer las relaciones ilícitas fue la "promesa de matrimonio". Tanto en Europa como en Hispanoamérica, la mayoría de las mujeres que procrearon hijos ilegítimos confiaron en que sus parejas contraerían matrimonio con ellas.37 Y es que la promesa de matrimonio hacía que las relaciones sexuales entre una pareja que estaba comprometida fueran socialmente aceptadas en la medida que ya eran novios y "se iban a casar". Así, las mujeres entraban en estas relaciones ilícitas teniendo en mente poder convertirlas en relaciones permanentes.38 Para ellas lo ilícito era transitorio, no era terminal. Sus expectativas eran conseguir un marido con el cual poder constituir una familia y ganar una seguridad económica. Particularmente para muchas mujeres de clase baja el matrimonio era un instrumento que legitimaba sus relaciones ilícitas y las libraba de convertirse en solteras permanentes.39

    15En otras ocasiones no fue la promesa de matrimonio sino la situación desprotegida de la mujer, la que la hizo vulnerable al acoso y eventual ataque sexual. Se ha demostrado que esto era más frecuente en el campo o en los pequeños poblados, donde la mujer quedaba sola mientras los hombres –padre, marido o hermanos– se desplazaban a trabajar en la tierra o se ausentaba por motivos de viaje.40 Estas mujeres estaban por lo tanto más expuestas a ser violadas frente a las que vivían en los centros urbanos. Quizás esto explique porqué la ilegitimidad se pudo llegar a registrar con menos resonancia en las grandes ciudades frente a las áreas rurales.41 Aunque, paradójicamente, los centros urbanos se constituyeron en lugares de refugio al cual recurrieron mujeres de provincias aledañas con el fin de encubrir a sus hijos naturales.

    16Las relaciones ilícitas podían ser entre iguales, por ejemplo entre campesinos, o de naturaleza desigual, entre sirvienta y patrón o un hombre de status superior, que era una fórmula bastante difundida.42 En el estudio sobre Buenos Aires realizado por Kristin Ruggiero, prácticamente todas las mujeres que fueron seducidas –22 de 25 casos– eran criadas o empleadas de servicio en hogares donde algún miembro de la familia o allegado cercano las dejó embarazadas, para luego abandonarlas obligándolas a cometer infanticidio.43 Se trataba por lo general de mujeres jóvenes y por lo tanto, inexpertas y fáciles de seducir. Esto en contraposición con el propósito que motivaba el enviarlas a servir a un hogar decente con la finalidad de limitar su autonomía y darles un mayor nivel de seguridad.44

    17Pero no sólo las jóvenes solteras sino también las viudas procrearon hijos ilegítimos, aunque su fecundidad haya sido mas bien baja.45 En este sentido hay que tener en cuenta que el mineral de Hualgayoc tenía un representativo índice de viudas46 aunque tampoco hay que descartar de que en más de una ocasión se tratara de "viudas ficticias." Es decir, mujeres de mal vivir o madres solteras que optaban por registrarse como viudas para, de esta manera, ofrecer una cobertura a sus hijos naturales.47 Si bien es evidente que un hijo natural podía ser mal visto por la sociedad, también estuvo extendida la opinión de que los hijos ilegítimos eran considerados "como forma de hacersecon un seguro cara a la vejez."48

    1. A falta de hijos propios, hijos naturales

    18En más de una ocasión encontramos el caso de parejas que no pudieron procrear hijos dentro del matrimonio. Probablemente esto influyó en que el hombre mantuviera relaciones extra-conyugales fruto de las cuales nacieron hijos naturales que más tarde fueron reconocidos en los testamentos.

    19Francisco de Vera, natural de Cutervo, Cajamarca, era minero e ingeniero con propiedades en la ribera de Pujupe. Cuando testó, en 1788, por hallarse gravemente enfermo, declaró ser casado con Juana Cruzalegui, no tener hijos propios pero sí haber procreado dos hijos naturales: Casiano y Felipe de Vera. Ambos llevaban el apellido del padre lo que implica que habían sido asumidos por su progenitor.49

    20Por otro lado, el minero de Hualgayoc Pasqual Uribe era hijo natural de Don Francisco Uribe y de Doña Eulalia Chaves. Casado con Gertrudis Encalada, no tuvo descendencia. Pero a falta de hijos propios no le faltaron hijos naturales. Inclusive, llegó a atribuirse la paternidad de un niño varón que le fue explícitamente negada. Entre sus hijos ilegítimos mencionó a María Ignacia Uribe, tenida de Petrona Santoyo, vecina de Hualgayoc; y a Martina Uribe, habida en Eulalia Bascuza, vecina de Chota. Adicionalmente, se refirió a Juan Uribe "aunque se le ha dicho que no." Es probable que su insistencia en asumir a éste niño puede tener relación con el hecho de que sus otras dos hijas naturales eran mujeres. Le faltaba el hijo varón para heredar y manejar sus propiedades.50 Pasqual Uribe era dueño de dos intereses de minas en Hualgayoc, uno de los cuales trabajaba, en 1827, en compañía con Don José María Larreta y Don José Guillermo Enrique Barnar, procedente de Londres.51

    21Quizás el caso más elocuente sea el de José Arana, natural y vecino de Cajamarca, dueño de chacras y chacarillas quien, además, se había desempeñado como diezmero. Casado con Doña Beatriz de La Madrid, ésta murió en Lima sin haberle dado hijos. Al testar, en 1806, Don José declaró como sus hijos naturales tenidos con Doña María Carracho "sin impedimento alguno" a Don Norberto, Don José María, Don José Felis, Doña Gregoria y Don José María, "el primero de edad de 21 años y los quatro últimos menos de catorce..."52 Es decir, cinco vástagos que además llevaban el prefijo de Don y Doña. De esto se desprende que la relación de Arana con María Carracho debió ser estable, un vínculo duradero aunque no hubiera sido legitimado por las autoridades pertinentes. El lapso de siete años entre el primer hijo y el segundo puede implicar una separación temporal de la pareja pero que, como vemos, fue retomada y afianzada.

    22Lo interesante es constatar que los libros notariales nos ofrecen información relevante sobre el nombre tanto del padre como de la madre de un hijo natural. Esto a diferencia de la información que proviene de algunos libros parroquiales, donde muchas veces los hijos ilegítimos aparecen registrados exclusivamente con el nombre de la madre o el de los padrinos.53 Es decir, la identidad del padre, que es un importante dato para establecer la filiación, queda en el anonimato.

    23Los hermanos Francisco Antonio y José Antonio Blanco, conocidos mineros de Hualgayoc, también tuvieronhijas ilegítimas. El primero era soltero, minero del Purgatorio, pero al testar, en 1784, declaró tener una hija natural de 3 años y meses con el nombre de María Blanco.54 El segundo era casado con doña María Irene de Arana y Zevallos, con quien no tuvo descendencia aunque procreó, al margen del matrimonio, una hija natural nombrada Carmen Blanco. A esta hija ilegítima la esposa de Blanco le cedió, en 1786, "a perpetuidad una labor de la mina del Purgatorio.55 Esto significa que la cónyuge de José Antonio Blanco no sólo que estaba enterada de la presencia de esta hija natural de su marido sino que, incluso, la reconoció en el registro notarial, asignándole propiedades de su difunto esposo. En este caso concreto, aunque el concubinato existiera fuera de la ley, la posición de la hija ilegítima no fue deshonrosa, la hija natural de Blanco estuvo en posición de heredar.56

    2. Los tiempos de libertad y soltería

    24Si bien hubo hijos naturales que se engendraron como resultado de las relaciones extraconyugales, también hubo casos en que fueron procreados antes de que el hombre hubiera con traído matrimonio. Es decir, cuando aun disfrutaba de su vida de soltero. De esto se infiere que en la mayoría de los casos no se tomó como esposa a la concubina aunque, como veremos más adelante, hubo excepciones.

    25Mariano García de La Cadena, natural y vecino de Trujillo, era casado con Doña Agueda Seijas con quien tuvo una hija legítima, Josefa García. No obstante, al testar –en 1838– mencionó que antes de su enlace matrimonial había procreado tres hijos naturales: Domingo habido en Marta de Santiago (¿de Cao?), José María García y Velarde tenido con María Josefa Velarde, y Rosa García nacida de Encarnación Pinto. Sin embargo, aunque pasó revista a sus hijos naturales en el testamento, a los cuales además había dado su apellido, declaró como heredera de sus casas y tierras a su única hija legítima.57

    26Por su parte Don Juan Rojas y Cisneros, oriundo de Chachapoyas y vecino de Cajamarca, acostumbraba comerciar en productos de la tierra. Tuvo cuatro hijos con su esposa, Lorenza Sumayta y Tejada, de los cuales dos murieron. En su testamento, suscrito en 1814, Don Juan dejó constancia de que en tiempo "de su libertad y soltería" había tenido dos hijas naturales: Doña Celedonia, en Guayabamba, y Doña Bernardina, en Chachapoyas, a las cuales "no les ha dado cosa alguna ni tampoco pienso darles porque no tengo bienes para ellos."58

    27Pero hubo casos en que los hijos naturales si heredaron. Tomás Bueno y Ravines, por ejemplo, era originario de Cajamarca con intereses en las minas de Hualgayoc. Contrajo primeras nupcias con Melchora Torres y Sánchez, quien no le dio hijos. Posteriormente contrajo segundas nupcias con Ana María Arvayza y Escalante, hija legítima del minero Joaquín de Arvayza. Con su segunda esposa procreó un hijo, José Antonio, quien contaba con un año al momento de efectuarse el testamento. Sin embargo, con anterioridad había tenido una hija natural llamada María Mercedes Bueno, "habida en el pueblo de San Marcos (Cajamarca) [a quien] le deja la hacienda Guiobamba."59

    28Caso similar fue el del comerciante Don Manuel Gutiérrez Palomino, quien era oriundo de Cajamarca pero vecino en Trujillo. Hijo natural de Francisco Gutiérrez y Jacoba Palomino casó con Josefa Garro, con quien no tuvo hijos. Sin embargo testificó que antes del matrimonio procreó dos hijos naturales, José y Manuel Gutiérrez, a quienes no sólo reconoció dándoles su apellido sino que también los hizo herederos de sus propiedades.60 La ausencia de hijos legítimos favoreció a sus hijos naturales al momento de testar.

    29Hubo casos de individuos que tuvieron hijos durante su soltería para más tarde contraer enlace con sus concubinas, legitimando de esta manera a sus vastagos. Así, Juan Francisco de Arana y Ochoa, era hijo legítimo, originario y vecino de Cajamarca. Al momento de testar, en 1838, declaró ser casado con Doña Inez Vega Bazán "en la que he tenido dos hijos naturales antes del matrimonio, nombrados Pedro José y José Hermenegildo de Arana y Ochoa, el primero falleció y el segundo vive."61

    3. La historia se repite: de tal palo, tal astilla

    30Los casos mencionados de Don Pasqual Uribe y Don Manuel Gutiérrez no son los únicos que atañen a un hijo natural que a su vez procrea hijos ilegítimos. No obstante, es un indicio de que los hijos nacidos fuera del matrimonio eran vistos y asumidos con cierta naturalidad. Su status no era un impedimento para que pudieran llevar una vida normal si, como hemos señalado con anterioridad, contaban con una aceptación explícita del padre. Como ha sido indicado, los hijos naturales no sufrieron un grave perjuicio social durante el siglo xviii, salvo entre los blancos de la clase alta.62

    31Pedro Delgado Alexander era oriundo de Zaña, hijo natural de Gabriel Delgado y Doña Melchora de Alejandría. Dentro de sus propiedades contaba con casas, tiendas, pulperías, esclavos y plata labrada. Dedicado al comercio, era casado y tenía una hija legítima, a la cual dejó sus fincas. Tenía también dos hijas naturales, María Rosario residente en Guaquilla, y Petra Valdivieso, residente en Lambayeque, a cada una de las cuales dejó 250 pesos.63 Su actividad como comerciante le imprimía una gran movilidad geográfica.64 De allí que estuviera en condiciones de engendrar hijos naturales siguiendo la ruta marcada por su tráfico mercantil: Guaquilla, Lambayeque, a pesar de ser originario de Zaña. Indudablemente sus "viajes de trabajo" fueron un socorrido argumento para mantener relaciones ilícitas en las ciudades –no tan cercanas– por donde transitaba y a las cuales –se asume– regresaba con cierta regularidad. Evidentemente mantenía activos sus lazos de paternidad, ya que al momento de testar tuvo presen te a sus hijas naturales. Parece que hubo más posibilidad de que se presentara el concubinato de este tipo en comerciantes de extracción criolla o criolla-mestiza, quienes por no tener el arraigo de una comunidad de referencia, recalaban en las ciudades, considerando los pequeños poblados como lugares de paso.65

    32Por su parte, el comerciante Carlos Flores declaró al testar, en 1804, ser hijo de padres no conocidos. Es decir era un hijo expósito. Estaba casado con Mauricia Samamé, de quien tuvo siete hijos legítimos. Tuvo, además, diez hijos naturales, a los cuales dejó dinero y propiedades. No obstante las sumas más jugosas fueron para su esposa –8,000 pesos– y para su hija Catalina, a la que mejoró en 2,000 pesos. Dentro de sus propiedades inventariaron casas, tiendas, haciendas y esclavos.66

    33Otro hijo natural que a su vez procreó hijos ilegítimos fue Don Ambrosio Albújar, hijo natural de Manuela Albújar. Además de comerciante Don Ambrosio era rentista en Lambayeque. Su actividad económica debió tener influencia en su desordenada vida sexual. En su testamento declaró tener siete hijos naturales: Antonia de 13 años (no conoce el nombre de la madre), Manuel de 13 años (la madre Anacleta Aguilar), Anacleto de 13 años (la madre Josefa Sirnieda de Zaña), María del Carmen de 5 años (la madre Gregoria Pineda de Lima), Manuela de 2 años (la madre Escolástica) y María Manuela de 2 años (lamadre María Candelaria). La impresión que se tiene es que Albújar mantuvo relaciones casuales con todas estas mujeres y simultáneamente con las tres primeras, ya que al momento de testar tenía tres hijos con 13 años de edad.67

    34La agitada vida sexual de algunos mineros de Hualgayoc se refleja en el caso del comandante retirado Don Joaquín de Arbayza. Originario y vecino de la ciudad de Cajamarca, era hijo legítimo de Juan Bautista de Arbayza –natural de los reynos de España– y de doña Antonia Bergara. Casado en primeras nupcias con Doña Petrona Escalante tuvo una hija legítima, Ana María de Arvayza. Contrajo segundas nupcias con Doña Manuela Bergara y Calderón, natural de la ciudad de Lima, con la que tuvo una hija "que falleció a tierna edad." Adicionalmente, Don Joaquín hizo constar en el testamento que suscribió, en 1818, que tenía "por mis hijos naturales en distintas madres ocho." Dentro de sus propiedades Arzayza contaba con ingenios de moler metales en Hualgayoc, además de las minas de Santa Boza y San Antonio, productoras de oro y plata. Dejó la hacienda Sillangate, que poseía en la provincia de Jaen, a su hija legítima.68

    4. Hijos Naturales de padres "de lustre y reputación"

    35Hubo individuos que a pesar de proceder de una cuna ilegítima contaron con progenitores con suficientes recursos económicos e influencia política como para permitirles desarrollar una vida y una carrera exitosa. Es decir, hubo afecto y preocupación por parte de algunos padres, para ver de que sus hijos naturales salieran adelante. De esta manera se puede decir que asumieron una paternidad responsable.

    36Laureano Barrera, por ejemplo, era hijo natural de Don Luis de la Barrera, originario de Sevilla, y de Eustaquia de los Santos, nativa de Panamá. Radicado en Trujillo, donde era capitán de caballería, estaba casado y se desempeñaba como comerciante teniendo intereses que cubrían los efectos de la tierra, de Castilla, cacaos de Guayaquil, aguardiente y jabón. Había tenido a su cargo las negociaciones de dos solventes comerciantes del norte peruano con inversiones en Hualgayoc. Ellos eran José Antonio Cacho y Juan José Martínez de Pinillos.69 Es decir, a pesar de su origen ilegítimo Barrera tuvo el respaldo necesario para sacar provecho de su carrera comercial haciéndola prosperar.

    37Otro caso donde la mano paterna fue providencial es el de José Eusebio Segurola. Originario y vecino del Real de Minas de San Fernando de Flual gayoc, era hijo natural de Don José Antonio Segurola –originario de los reyno de España, residente y comerciante en Hualgayoc– y Damiana Gutiérrez.70 Casado con María Dominga Duran tenía una hija legítima. Como expuso en su testamento, "se mantenía a expensas de las avilitaciones que le ha dado su padre a quien le es deudor de 7,000 pesos que los tiene invertidos en efectos de Castilla y de la tierra." Segurola negociaba en metal pavonado y también tenía contraídas deudas por un monto de 1,000 pesos con un minerodeimportancia, el capitán SantiagoPizarroy, adicionalmente, estaba endeudado en 2,000 pesos con un comerciante de renombre, como lo era Francisco de Orbegoso.71

    38Sin ir más lejos, el coronel Don Rudecindo Casanova y Escalante, importante minero de Hualgayoc y pariente cercano del descubridor de la mina también tenía, a saber, dos hijos naturales: Blas y Casimiro Casanova, nacidos de su relación ilícita con Doña Juana Urrutia. Blas había heredado de su padre una casa en la plaza de Cajamarca la cual, a su vez, había sido heredada por Don Rudecindo "de su lexítima esposa Doña Isabel Estrada, quien la heredó de su padre."72 Es decir, las propiedades de la esposa legítima de Rudecindo Casanova pasaron a manos de su hijo natural Blas. Por otro lado, Casimiro Casanova era casado con María Molina de la cual tenía dos hijos legítimos. Pero también tenía por su cuenta cinco hijos naturales "Doña Balthasara, el comandante de Lanzas Don Cipriano, Don José Félix, la reverenda madre Sor María de la O y el capitán de ejército Don Domingo Casanova."73 Los Casanova debieron ser una familia influyente, pues la hija natural de Casimiro, Sor María de la O, consiguió una dispensa especial para poder profesar. Tanto Blas como Casimiro habían heredado de su padre 20 varas de mina en la veta del Purgatorio de Hualgayoc.74 Además, Cipriano y Domingo se habían inclinado por la carrera de las armas, que durante el siglo xviii, con las reformas borbónicas, se convirtió en un importante mecanismo de movilidad social ascendente.75

    39Hubo otros casos de hijos naturales cuyas empresas económicas prosperaron. Pablo Verástegui, comerciante de Cajamarca, era hijo natural de Juan Verástegui y llegó a ser prestamista de varios mineros de Hualgayoc.76 Juan Bernal de Zavaleta poseía minas en Cajamarca. Era hijo natural de Miguel Bernal de Zavaleta, vecino de Pataz, y de Bernarda Cabanillas y Pajares, originaria de Cajamarca.77 Manuel de Silva Santisteban y Cisneros era, a su vez, el hijo natural de Don Manuel Silva Santisteban, dueño de casas en Hualgayoc y de 10 varas de mina en la veta de San Francisco Norabuena.78 El conocido minero y azoguero de Hualgayoc, Anastacio Nevado, era también hijo natural. Casó con Doña Marcelina Romero, quien llevó una dote de 3,000 pesos. Tuvieron cinco hijos legítimos, aunque todos fallecieron.79

    40Los casos que hemos analizado cuestionan la afirmación de que los hombres solteros se sintieron más libres de reconocer a sus hijos naturales que los casados. La experiencia, por lo menos del mineral de Hualgayoc, demuestra todo lo contrario. Fueron numerosos los hombres casados quienes acogieron a sus hijos ilegítimos e inclusive, les transfirieron sus propiedades.

    41Hubo casos en que los hijos ilegítimos pasaron a la categoría de legítimos, mediante el recurso de "gracias a sacar". Pero esto fue más la excepción que la regla. De acuerdo a los cuadros que presenta el estudio de Ann Twinam, sólo 244 solicitudes de legitimación procedentes de Hispanoamérica fueron aprobadas entre los siglos xvii y xviii. De ellas escasamente 28 provenían del Perú, concentrándose entre 1780 y 1810.80

    5. Hijos naturales encubiertos

    42Finalmente, contamos con dos casos en los cuales a pesar de que se especifica que se trata de niños "recogidos", bien puede estarse encubriendo la presencia de hijos naturales cuya paternidad no fue asumida abiertamente sinobajo el mecanismo de la adopción.

    43El clérigo Don Juan Ignacio de Luna Victoria, por ejemplo, donó dos minas y dos ingenios de moler metales "a un niño que he criado, nombrado Don Juan José Luna Victoria."81 Bien pudo haber hecho la transferencia para evitar estar en posesión de minas, que era ilegal en su condición de sacerdote. Pero tampoco hay que descartar que hiciera la donación por los vínculos de sangre que lo unían al niño. El hecho de que un clérigo recogiera un niño huérfano y sin hogar era visto como un acto de caridad coherente con sus investiduras. El poder registrarlo como expósito, por otro lado, dejaba en el anonimato la identidad de sus progenitores.82

    44Otro conocido minero de Cajamarca, Santiago Pizarro, hijo legítimo de Matías Pizarro –oriundo de Islas Canarias– y de Petronila Rodríguez –nacida en Contumazá– pidió en su testamento que entregaran 500 pesos a "Don Hermenegild o Pizarro, vecino d e Caxamarca, que se halla quasi ciego, el que crié a mi abrigo y por esta razón ha tomado mi nombre."83 Santiago Pizarro era casado con Manuela Guerrero y al contraer matrimonio aportó la hacienda Galindo por la cual había pagado al contado 36,000 pesos. Era, además, propietario de tierras, casas e ingenios de moler metales. Su particular interés por incluir a Hermenegildo entre sus herederos, a quien además había dado su apellido, nos habla de una cercanía de carácter consanguinea más que exclusivamente humanitaria.

    6. El Libro de Defunciones de Hualgayoc

    45Si bien lo más idóneo para estudiar la ilegitimidad en el mineral habría sido contar con el Libro de Bautizos, sólo disponemos a nuestro alcance del Libro de Defunciones. No obstante, en él también se menciona si el fallecido era un hijo natural, expósito o huérfano; que son los datos esenciales que se necesitan para reconstruir la presencia de la bastardía en el centro minero.

    46Los registros de defunciones de Hualgayoc indican que de un total de 1,018 individuos que fallecieron en el mineral, 63 eran hijos naturales.84 Es decir, el 6.19% fueron registrados como ilegítimos. La figura es baja y equiparable con los 70 viudos cuyas defunciones quedaron inscritas en los libros parroquiales.85 De los 63 casos base con que contamos, en 37 oportunidades no se especificó el nombre ni del padre ni de la madre del hijo natural. En 15 casos se registró exclusivamente el nombre de la madre, en 3 casos el del padre y en 8 ocasiones el nombre de ambos: padre y madre. (Ver Cuadro I)

    Cuadro I. Hijos ilegítimos fallecidos en Hualgayoc. Agrupación por decenios.

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    47Sobre el grupo étnico de referencia 9 de los hijos ilegítimos fueron registrados como criollos, 8 como mestizos, 2 como castas, 3 como indios, 3 como peruanos y en 38 casos –más de la mitad– el origen étnico del fallecido no fue precisado. (Ver Cuadro II) El alto número de criollos puede deberse a que en más de un caso se trató de mestizos que fueron inscritos como criollos. O, en todo caso, de lo que en México se denominaba castizo. Es decir, el vástago producto de la unión de un criollo con una mestiza. En el caso de los "peruanos" bien pudieron ser éstos criollos o mestizos, ya que sus apellidos no parecen tener un origen indígena, aunque tampoco hay que descartar esta posibilidad. No hay que olvidar que a partir de 1821, como resultado de la independencia, aparece la categoría "peruano" con el fin de homogenizar a la población. Esto diluye la identificación a partir del grupo étnico de referencia.

    Cuadro II. Hijos ilegítimos fallecidos en Hualgayoc. Distribución según Grupo Étnico.

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    48Con relación al sexo, en 34 casos se trató de hombres y en 29 de mujeres. (Ver Cuadro III) Esto coincide con el hecho de que en términos globales en el mineral fallecieron 643 hombres y 375 mujeres.86 Es decir, los varones prácticamente doblaron el número de mujeres, como resultado de estar indudablemente más involucrados en la actividad minera. La edad de los hijos naturales fallecidos se concentró entre 1 y 20 años, donde se presentaron 35 casos. Es decir, se trató en su mayoría de muertes tempranas. En segundo lugar se ubican los fallecidos entre 20 y 30 años, que fueron 12, y esto coincide con la edad en que se daba el más alto índice de mortandad en el mineral en términos globales. (Ver Cuadro IV). Evidentemente, entre los 20 y 30 años era cuando un operario estaba en condiciones de dar su mayor potencial de trabajo.

    Cuadro III. Hijos ilegítimos fallecidos en Hualgayoc. Distribución por sexo.

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    49El más alto número de hijos ilegítimos –28– murieron entre 1790-99. Este fue el período de mayor productividad del mineral y cuando convergió en él el mayor número de pobladores.87 El segundo grupo de defunciones –18– se concentraron entre 1810-19, período en el cual atacó a la mina una epidemia de tabardillo seguida por una de viruelas que, entre 1814 y 1815, devastó el área provocando la muerte de 101 personas, dentro de las cuales 40 fueron descritas como víctimas directas de la enfermedad.88 Entre 1820-29 los registros indican que murieron 13 hijos ilegítimos. Durante esta etapa el mineral redujo considerablemente su capacidad productiva y con ello, su población. Frente a los primeros brotes de independencia muchos mineros de origen peninsular redujeron o retiraron sus capitales y, además, la falta de insumos provocó un repliegue de la actividad minera.89 Quizás esto influyó en que el número de fallecidos también decreciera.

    Cuadro IV. Hijos ilegítimos fallecidos en Hualgayoc. Resumen según grupos de edad.

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    50En algunas ocasiones los registros señalaron que el fallecido era un niño abandonado o expósito. Como Juan, que murió en 1790, a los 5 años de edad.90 En otras oportunidades se explicitó que el fallecido era huérfano, como con Valentín, quien murió en 1793, a la edad de 7 años.91 Hay también casos en que se menciona que se trata de hijos naturales de madre "no conocida." En 1792, por ejemplo, se registró el fallecimiento del "español" de 40 años, Francisco Barón, hijo de Don Jaime Barón y de madre no conocida.92 Más adelante, en 1795, falleció Domingo Barón de 30 años, hijo de Francisco Barón y de madre no mencionada.'93 El hecho de obviar intencionalmente el nombre de las madres de Francisco y Domingo puede haber respondido a la necesidad de proteger su identidad, por tratarse de mujeres de estratos superiores, a las que no se quería perjudicar con el escándalo. 94

    51La prostitución también estuvo presente en el mineral. Esto se deduce del caso de Narcisa Chucas, casada, quien murió en 1810 de mal parto, y fue descrita como "india de mal vivir", encontrándose, a la sazón, en una casa de depósito debido a su conducta cuestionable.95

    52En quince casos constatamos que se trata de hijos naturales por llevar sólo el apellido de la madre. Así, en 1790, Martina Villavicencio registró la muerte de su hija de 7 años Jacoba Villavicencio96 y, el mismo año, María Quispe inscribió el fallecimiento de su hija Josefa Quispe.97 En algunos casos la presunta madre registró la defunción del hijo aunque no especificó el apellido. Así, en 1791, Andrea Gaspar registró el fallecimiento de Domingo, de 1 año de edad.98

    53En ocho ocasiones se especificó tanto el nombre de la madre como el del padre del hijo natural. Lo que en estos casos se describe son relaciones de concubinato donde el padre reconoce al hijo dándole el apellido, aunque no exista el matrimonio de por medio. En 1791 muere el mestizo Francisco Vasques, de 20 años, hijo natural de Diego Vasques y Dominga Jara. El mismo año fallece Juan de Dios Ruiz, de 30 años, hijo natural de Juan Joseph Ruiz y de Jacoba Olleli.99 En 1793, durante el período del boom de Hualgayoc, muere Manuel Ardiles, de 25 años de edad, hijo natural de Ventura Ardiles y de Horacia Sánchez.100 Los hijos naturales del conocido minero Manuel Cumplido, también encontraron la muerte en el mineral. En 1792 murió Manuel Cumplido, hijo del teniente coronel Manuel Cumplido y de Doña María Mercedes Pantoja.101 Treinta años más tarde, en 1823, falleció Manuela Cumplido, mestiza de 19 años de edad, aunque en esta ocasión no se especificó el nombre de la madre.102 La ilegitimidad, entonces, no estuvo avísente del mineral de Hualgayoc. Al contrario, la vida activa de mineros y comerciantes hizo que en sus desplazamientos tuvieran encuentros casuales o relaciones de concubinato, fruto de las cuales nacieron hijos naturales. Inclusive, la Prágmatica Sanción de Carlos III que establecía que los hijos menores de 25 años debían contar con el consentimiento de sus padres para contraer matrimonio, pudo provocar un efecto contrario al previsto. Es decir, fomentar el concubinato entre aquellas parejas que no cumplían con el requisito de la edad estipulada por la legislación para formalizar su unión.

    54Además, la Pragmática Sanción de 1778, dentro de la política de ejercer control y mantener el orden sobre la población colonial, tambien se oponía al matrimonio entre desiguales. Es decir, parejas provenientes de diferente extracción social, grupo étnico de referencia y estatus económico.103 Usualmente se ha identificado a los Borbones por sus medidas de orden fiscal, militar y político. Pero, como podemos observar, tampoco se les escapó una esfera que para ellos era indispensable reglamentar: la del matrimonio, que hasta ese momento había estado regimentado por la Iglesia.

    55Lo interesante es constatar que se puede llegar a conocer la identidad de estos hijos naturales no sólo gracias a los libros parroquiales sino, en forma más detallada, a partir de los libros notariales que, en gran medida, han sido la base de este estudio.

    56No es tan cierto que los hijos naturales evitaran ser registrados como tales por lo azaroso de su condición social. Muchos de ellos fueron identificados como hijos ilegítimos proporcionándose el nombre del padre y de la madre y sobre todo, estuvieron en condición de heredar, lo cual influyó en que más adelante pudieron llevar una vida exitosa. Aunque, naturalmente, hubo otros que no corrieron igual suerte.

    Notes de bas de page

    1 Alejandro de Humboldt en su Ensayo Político sobre el Reino de la Nueva España, México 1966, p. 405, indica que las minas de Hualgayoc fueron descubiertas en 1771. Mientras que, Horacio Villanueva Urteaga en su ensayo "El mineral de Elualgayoc a fines del siglo xviii" publicado en la Revista Universitaria del Cusco, No.98 (1950) p. 184, señala 1772 como el año del descubrimiento. Sobre Hualgayoc como segundo productor de plata consúltese el libro de John Fisher, Minas y Mineros en el Perú colonial. 1776-1824. Lima, 1977 p. 219.

    2 José Ignacio de Lequanda, "Descripción de la provincia de Caxamarca" Mercurio Peruano (1792) t. X p. 210.

    3 Scarlett O'Phelan Godoy, "Vivir y Morir en el mineral de Hualgayoc a fines de la colonia." Jahrbuch fur Geschichte. Lateinamrikas. No. 30, (1993) p. 76.

    4 La primera lista de los mineros registrados en Hualgayoc aparece en Joaquín Ramón de Iturralde. "Relación descriptiva del cerro de H ualgayoc descubierto con poderosas vetas de plata en la provincia de Cajamarca, con noticias exactas de su fatal estado, 1776." Historia de Cajamarca. Siglos xvi-xviii. Vol. 111. Cajamarca 1986.

    5 Val R. Lorwin y Jacob M. Price. The Dimensions of the Past. Materials, Problems and

    Opportunities for Quantitative work in History. Yale University Press, 1972 p. 317. Para Herbert Klein al elevado índice de hijos ilegítimos y la poca precisión en los registros parroquia les se suma la intensa movilidad geográfica en el México colonial. Consúltese su artículo "Familia y Fertilidad en Amatenango, Chiapas.(1785-1816)" Historia Mexicana Vol. xxxvi, No. 2 (1986) p. 273.

    6 El tema es tratado por Claude Morin. Santa Inés Zacatelco (1646-1812). Mexico, 1973, p. 73.

    7 Ibid.

    8 Ibid.

    9 Pablo Macera, "Sexo y coloniaje" Trabajos de Historia. Vol. 3. Lima, 1977. p. 337. Igualmente se calcula que casi la mitad de las criaturas nacidas en Guadalajara a fines del siglo xviii eran ilegítimas, aunque hay que tener en cuenta que muchos nacimientos no se registraban. Herbert Klein, "Familia y Fertilidad" p. 273.

    10 A. Crespo,R. Arze, F. Romero y M. Money. La vida cotidiana en La Paz. 1800-1825. La Paz, 1975. p. 220.

    11 Esto se comprueba en el caso europeo y también en el caso de Hualgayoc, como veremos más adelante. Al respecto puede consultarse el libro de Peter Laslett. The World we have lost. Cambridge, 1979. p. 139.

    12 El tema ha sido abordado para el caso de México. Josefina Muriel, Los Recogimientos de Mujeres. México, 1974 p. 20. Los hijos espurios eran hijos de adúlteros, de mujeres públicas, de clérigos, monjas o de tratos incestuosos.

    13 Ann Twinam "Honor, Sexualidad e Ilegitimidad en la Hispanoamérica Colonial." Asunción Lavrin (coord.) Sexualidad y matrimonio en la América hispánica, siglos xvi-xviii. México, 1991.p. 139.

    14 Linda Lewin. "Natural and Spurious children in Brazilian Ihneritance law from colony to Empire: A methodological essay." The Americas. Vol.xlviii, No. 3(1992) p. 358.

    15 Edward Shorter. "Illegitimacy, Sexual Revolution and Social Change in Modern Europe." The Journal of Interdisciplinary History. Vol. II. No. 2(1971) p. 238.

    16 Ibid. p. 246.

    17 E.A. Wrigley. "The Growth of Population in Eighteenth century England: A conundrum resolved." Past and Present No. 98(1983) p. 132. Peter Laslett, The world, p. 149 tambien analiza los nacimientos pre-nupciales cuando el matrimonio tardaba en concertarse.

    18 Peter Laslett, The World, p. 94.

    19 René Salinas Meza. "Uniones ilegítimas y desuniones legítimas. El matrimonio y la formación de la pareja en Chile colonial." Pilar Gonzalbo Aizpuru y Cecilia Rabell (comps.) La familia en el mundo iberoamericano. México, 1994. p. 186.

    20 Pablo Macera, "Sexo y coloniaje" p. 338.

    21 Para el caso de México consúltese Patricia Seed. To Lovc, Honor and Obey in colonial Mexico. Conflicts over marriage choice 1574-1821. Stanford, 1988.p. 147 Para el caso de Paraguay consúltese el artículo de Barbara Potthast-Jutkeit "The ass of a mare and otherscandals: marriage and extramari tal relations in nineteenth century Paraguay." Journal of Family History. Vol. 16, No.3 (1991) p. 220.

    22 Margaret Clunies Ross. "Concubinage in Anglo-Saxon England" Past and Present No. 108(1985) p. 6.

    23 Pablo Macera, "Sexo y coloniaje" p. 339.

    24 Francois Giraud. "Mujeres y Familia en la Nueva España." Carmen Ramos Escandón (ed.) Presencia y Transparencia: La mujer en la historia de México. México, 1989. p. 75.

    25 Thomas Calvo. "Concubinato y mestizaje en el medio urbano. El caso de Guadalajara en el siglo xvii" Revista de Indias Vol. xliv. No. 173(1984) p. 206.

    26 Scarlett O'Phelan Godoy, "Vivir y Morir," pp. 84, 85.

    27 Archivo Episcopal de Cajamarca. En adelante, A Ep. Cj. Leg. 10. Cuaderno 222. Año 1770-76.

    28 Rene Salinas Meza. "La violencia conyugal y el rol de la mujer en la sociedad chilena tradicional, siglos xviii-xix" Jorge Muñoz Sánchez (ed.) Historia tic la mujer y la familia. Quito, 1991. pp. 45,47. En el caso de Europa la segunda razón más frecuente que daban las esposas para pedir la separación legal de sus cónyugues era el adulterio del marido con una sirvienta. Cissie Fairchilds "Female sexual attitutes and the rise of illegitimacy: a case study." Journal of Intcrdisaplainary History. VIII: 4(1978) p. 639.

    29 Francois Giraud. "Mujeres y familia" p. 75. Esto coincide con el punto de vista de Alberto Flotes Galindo y Magdalena Chocano en su artículo "Las cargas del sacramento" Revista Andina, Año 2 No. 2 (1984) p. 415, para quienes " I ener varias amancias era un atributo masculino, tolerado en la práctica, mientras que la mujer estaba obligada a no inflingir ni siquiera con la imaginación las normas de la monogamia."

    30 Pilar Gonzalbo Aizpuru. Las mujeres de la Nueva España. México, 1987. p. 256.

    31 Susan Socolow. "Women and crime. Buenos Aires, 1757-97." Lyman Johnson (ed.) The Problem of order in changing societies. Albuquerque, 1990. p. 12.

    32 Asunción Lavrin. "Investigación sobre la mujer déla colonia en México: siglos xvii y xviii" Las mujeres Latinoamericanas. Perspectivas Históricas. México, 1985. p. 54. En un principio en Inglaterra tambien las ofensas sexuales eran preocupaciones eclesiásticas. Al respecto puede consultarse el artículo de Peter Laslett "Long term trends in bastardy in England" Faimily Life and Illicit Love in Earlier Generations. Cambridge University Press, 1977 p. 103.

    33 Pilar González Aizpuru. Las mujeres, p. 256.

    34 Patricia Seed. To Love, p. 148.

    35 Josefina Muriel. Los Recogimientos p. 20.

    36 Juan Javier Pescador C. "Entre la espada y el olivo: Pleitos matrimoniales en el Provisorato Eclesiástico de México, siglo xviii." Pilar Gonzalbo Aizpuru y Cecilia Rabell.(comps.) La familia en el mundo ideroamerienno. México, 1994 p. 197.

    37 Para el caso europeo consúltese el artículo de Cissie Fairchilds, "Female sexual attitutes" p. 641. Para el caso de España tenemos el artículo de Juan García González. "El incumplimiento de las promesas de matrimonio en la Historia del Derecho Español." Anuario de Historia del Derecho Español. Tomo XXIII (1953). Con relación a México el tema ha sido abordado por Patricia Seed, To Love p. 111.

    38 Cissie Fairchilds, "Female sexual attitutes" p. 643.

    39 Ibid. pp. 641-642.

    40 Barbara Potthast-Jutkeit, "The ass of a mare" p. 220.

    41 Peter Laslett, The world, p. 138. Esto ocurrió en Inglaterra en el siglo xix. por ejemplo.

    42 Cissie Fairchilds, "Female sexual attitutes" p. 635.

    43 Kristin Ruggiero. "Honor, maternity and the discipline ofwomen: Infanticide in late nineteenth century Buenos Aires." H.A.H.R. 72: 3 (1992) pp. 353, 356.

    44 Para el caso europeo consúltese el artículo de Louise A. Tilly, Joan W. Scott v Miriam Cohén. "Women's work and European Fertility Patterns" The Journal of Interdisciplinary History. Vol. VI. No.3(1976) p. 455.

    45 Robert McCaa. "La viuda del México borbónico: sus voces, variedad y vejaciones" (ms.) p. 11. Mi gratitud al autor por darme acceso a este ensayo.

    46 Scarlett O"Phelan Godoy, "Vivir y morir" p. 109.

    47 Silvia Arrom en su libro The Women of Mexico City, 1790-1857, Stanford 1985, discute la presencia de viudas ficticias. Consúltese también el artículo de William Folan y Phil Wigandn, "Fictive Widowhood in rural and urban Mexico", Anthropologica, No.10(1968). Es muy sugerente el artículo de Robert McCaa "¿Porqué habían tantas viudas en el México borbónico?" Pilar Gonzalbo(ed.) Las familias novohispanas siglos xvi-xix. México, 1991. p. 301.

    48 Robert McCaa. "Courtship, marriage and concubinage in Mexico and Spain, 1500-1800." (ms.), Agradezco al autor el haberme facilitado una copia de este trabajo.

    49 A. D. Cj. Protocolos Notariales. Escribano Juan de Silva Santisteban. Año 1799. Leg.139. f.133vta.Otro caso es el de Florentino Arriola, originario de Piura, quien estaba casado con Jacinta Peralta, hija natural de Don Andrés Peralta con Juana Monzón. Doña Jacinta falleció sin darle hijos aunque, al momento de testar Florentino Arriola declaró tener un hijonatural de 5 años a quien dejó 1,000 pesos. (Archivo Departamental de Lambayeque. En adelante, A. D. L. Protocolos Notariales. Escribano Manuel Vásquez Meléndez. Leg. 10. Año 1790. f. 106 vta.)

    50 Paul Ganster. "Miembros de los Cabildos Eclesiásticos y sus familias en Lima y la ciudad de México en el siglo xviii" Pilar Gonzalbo Aizpuru (coord.) Familias Novohispanas. Siglos xvi-xix. México 1991. p. 150. Tanto en Lima como en México el hijo era necesario para perpetuar el apellido y heredar una importante porción de las propiedades.

    51 A. D. Cj. Protocolos Notariales. Escribano Mariano del Campo. Año 1827-28. Leg. 11 tomo 2.f. 121 vta.

    52 A. D. Cj. Protocolos Notariales. Escribano Basilio Antonio Guzmán. Año 1806. Leg. 38, f. 35vta.

    53 Para el caso de México, Elsa Malvido se refiere al hijo de padres no conocidos o expósito con padrinos, al hijo ilegítimo con madre, al huérfano ilegítimo con padrinos, y al ilegítimo donado a la iglesia con padrinos. No incluye al hijo natural con ambos padres mencionados. Consúltese su artículo "El abandono de los hijos –una forma de control del tamaño de la familia y del trabajo indígena–Tula (1683-1730)." Historia Mexicana, Vol. xxix No.116(1979) p. 322.

    54 A. O. Cj. Protocolos Notariales. Escribano Antonio Palma. Año 1784. Leg. 50, í. 211.

    55 A. D. Cj. Protocolos Notariales. Escribano Antonio Palma. Año 1786. Leg. 50, f. 321 vta.

    56 MargaretClunies Ross, "Concubinage", p. 6. trabaja el tema para el caso inglés.

    57 Archivo Departamental de La Libertad. En adelante, A. D. L. L. Protocolos Notariales. Escribano Juan Ortega. Año 1838. Leg. 602. f. 123vta.

    58 A. D. Cj. Protocolos Notariales. Escribano Manuel de Silva y Santisteban. Año

    1814. Leg. 130. f.162vta.

    59 A. D. Cj. Subdelegados. Año 1820. Leg. 152. f. 22.

    60 A. D. L. L. Protocolos Notariales. Escribano Juan Ortega y Salmón. Año 1838. Leg. 602, f. 383.

    61 A. D. Cj. Protocolos Notariales. Escribano Mariano del Campo. Año 1833. Leg.13 tomo 1, f. 223.

    62 Edith Couturier, "Micaela Angela Carrillo: widow and pulque dealer." David G. Sweet y Gary B. Nash. Struggleand Survival in Colonial America. Ca lifornia, 1981. p. 367.

    63 A.D.L. L. Protocolos Notariales. Escribano Miguel Concha. Año 1811. Leg. 316. f. 198vta.

    64 Cissie Fairchild, "Female Sexual Attitudes" p. 629. La movilidad ocupacional permite al hombre abandonar fácilmente a la mujer que ha seducido.

    65 Este fenómeno ha sido más estudiado para el caso de México. Consúltese el artículo de Marta Espejo-Ponce Hunt. "The process of the development of Yucatán, 1600-1700." Ida Altman y James Lockhart (eds.) Provinces of Early Mexico. Los Angeles, 1976 p. 41.

    66 A. D. L. L. Protocolos Notariales. Escribano Nuñez del Arco. Año 1804. Leg. 339. f. 33. Otro caso enquese combina ser hijo natural v procrear hijos ilegítimos es el de Manuel Ramírez de Arellano, originario de Piura y vecino de Trujil lo. Era hijo natural de Don ToribioRamírez deArellano y Doña Josefa deEspinosa.CasadoconGregoria Cedeño tuvo dos hijas legítimas Francisca y Petrona. Simultánemente reconoció como suya a una hija natural habida en Piura con Doña Josefa Navarro. A. D. L. L. Protocolos Notariales. Escribano Juan Ortega. Leg. 597 f. 346.

    67 Carmen Castañeda. "La formación de la pareja y el matrimonio." Pilar Gonzalbo Aizpuru. (coord.) Familias Novohispanas. Siglos xvi al xix. México, 1991. p. 86. Parece que no era inusual mantener relaciones simultáneas. Tal es el caso de Antonio Lázaro Temblador, residente en Guadalajara, quien dió palabra de casamiento a dos mujeres: Phelipa Navarro y Theresa Navarro.

    68 A. D. Cj. Protocolos Notariales. Escribano Mariano del Campo. Año 1828. Leg. 11. tomo 2. f. 216.

    69 A. D. L. L. Protocolos Notariales. Notario Miguel Concha. Año 1811. Leg. 316. f. 359vta

    70 Archivo General de Indias. En adelante, A. G. I. Audiencia de Lima. Leg. 1600. Año 1795.

    71 A. D. Cj. Protocolos Notariales. Escribano Manuel Silva Santisteban. Año 1808. Leg. 129. f. 85vta.

    72 A. D. Cj. Protocolos Notariales. Escribano Mariano del Campo. Año 1822-23. Leg. 10, tomo 1. f. 137.

    73 A. D. Cj. Protocolos Notariales. Escribano Mariano del Campo. Año 1825. Leg. 10, tomo 2. f. 99.

    74 La información sobre BlasCasanova proviene del A.D.Cj. Protocolos Notariales. Escribano Mariano del Campo. Año 1822-23.Leg. 10 tomo 1. f.l37. La información relativa a Casimiro Casanova se encuentra en A.D.Cj. Protocolos Notariales. Escribano Mariano del Campo. Año 1825. Leg. 10, tomo 2. f. 99.

    75 María Urquidi. "De la familia interrumpida a la familia Novohispana. Formación y transformación de la familida Urquidi de Chihuahua." Pilar Gonzalbo Aizpuru. (coord.) Familias Novohispanas. Siglos xvi al xix. México, 1991. p. 146. A fines del siglo xviii se observa que varios miembros de la familia en cuestión pasaron a formar parte de la milicia de la región. La tendencia familiar se iba encaminando hacia las actividades militares y políticas

    76 Archivo General de la Nación (Lima). En adelante, A. G. N. Protocolos Notariales. Escribano Faustino Olaya. Año 1813. Leg. 551. f. 40vta.

    77 A. D. Cj. Protocolos Notariales. Escribano Mariano del Campo. Año 1843. Leg. 13. tomo 3. f. 103vta.

    78 A. D. Cj. Protocolos Notariales. Año 1823. Leg. 10, f. 185.

    79 A. D. Cj. Corregidores. Leg.154. Año 1770-84 Diversos, f. 641.

    80 Ann Twinam. "Honor, Sexualidad..." pp. 129, 168. De acuerdo al cuadro elaborado por la autora, la Audiencia de Santo Domingo fue donde se presentaron con más frecuencia las solicitudes.

    81 A. D. Cj. Protocolos Notariales. Escribano Juan de Silva Santisteban. Leg. 138. Año 1787-88. Vol. I. f. 332.

    82 Ann Twinam. "Honor, Sexualidad..." p. 154. La autora alude al caso de don Domingo Herboso y Figueroa, sacerdote y deán en la catedral de La Plata quien había procreado dos hijos, registrándolos como expósitos.

    83 A. D. L. L. Protocolos Notariales. Escribano Manuel Muñoz. Año 1821. Leg. 547 No. 81 f. 129.

    84 A. E. Cj. Libro de Defunciones de Hualgayoc. Años 1789-1825.

    85 Scarlett O'Phelan Godoy, "Vivir y Morir", p. 109.

    86 Scarlett O'Phelan Godoy, "Vivir y Morir" p. 97.

    87 Ibid. p. 92. En 1792, cuando visitó Cajamarca José Ignacio de Lequanda registró un sustancial aumento de la población déla provincia en terminos globales. Ello coincidecon el hecho deque fue precisamenteentre l790-92que sed io un sensible repunte de la producción de Hualgayoc, siendo 1792 en términos absolutos el año que registró el más alto diezmo de plata de todo el período en estudio.

    88 Ibid. pp. 120-125.

    89 Ibid. p. 126.

    90 A. Ep. Cj. Libro de Defunciones de Hualgayoc. Caso 73.23 de Setiembre de 1790.

    91 A. Ep. Cj. Libro de Defunciones de Hualgayoc. Caso 165. 17 de Enero de 1793. En el caso 146 se registra a Paula, tambien huérfana, a cargo de Juana Baldés.

    92 A. Ep. Cj. Libro de Defunciones de Hualgayoc. Caso 125.22 de Agosto de 1792.

    93 A. Ep. Cj. Libro de Defunciones de Hualgayoc. Caso 198.1 de Setiembre de 1795.

    94 Ann Twinam. "Honor y Sexualidad" pp. 126-129. En el artículo se explicita el caso de doña Margarita Martínez Orejón de Taxco, México, quien en 1754, a los 18 años se percató que estaba embarazada. Era soltera y pertenecía a una de las familias más distiguidas deesa localidad. Tuvo a su hijo en secreto, registrándolo corno "huérfano."

    95 A. Ep. Cj. Libro de Defunciones de Hualgayoc. Caso 598. 19 de Junio de 1810.

    96 A. Ep. Cj. Libro de Defunciones de Hualgayoc. Caso 43.11 de Febrero de 1790.

    97 A. Ep. Cj. Libro de Defunciones de Hualgayoc. Caso 76. 21 de Octubre de 1790.

    98 A. Ep. Cj. Libro de Defunciones de Hualgayoc. Caso 84. 15 de Enero de 1791. Igualmente, en 1792, María Antonia Mori registró a Petrona, sin mencionar el apellido. Caso 128. 2 de Setiembre de 1793.

    99 A. Ep. Cj. Libro de Defunciones de Hualgayoc. Caso 86. 18 de Enero de 1791.

    100 A. Ep. Cj. Libro de Defunciones de Hualgayoc. Caso 161.10 de Enero de 1793.

    101 A. Ep. Cj. Libro de Defunciones de Hualgayoc. Caso 126. 23 de Agosto de 1792

    102 A. Ep. Cj. Libro de Defunciones de Hualgayoc. Caso949.11 de Febrero de 1823.

    103 Susan M. Socolow. "Cónyuges aceptables: La elección de consorte en la Argentina colonial, 1778-1810." Asunción Lavrín (coord.) Sexualidad y matrimonio en la America hispánica. México, 1991 pp. 257,258. Para mayor información sobre la Pragmática Sanción se puede consultar el libro de Daisy Ripodas Ardanaz, El matrimonio en Indias. Realidad social y regulación jurídica. Buenos Aires, 1977.

    Notes de fin

    1 La expresión de hijos naturales "sin impedimento alguno" proviene del testamento de José Arana. Archivo Departamental de Cajamarca. En adelante A.D.Cj. Protocolos Notariales. Escribano Basilio Antonio Guzmán. Año 1806. Leg.No.38 fj.35vta. La presente investigación fue financiada por el Banco de España. Agradezco a Mónica Guerrero de Cillóniz su compañía y colaboración como asistente de investigación. El ensayo que aquí se publica fue redactado durante mi estancia como Visiting Scholar en el Centre of Latín American Studies, Universidad de Cambridge, Easter term 1993. Para el caso de la ilegitimidad en Lima en el siglo xvii consúltese el importante libro de ¡Manía Emma Mannarelli Pecados Públicos. Lima, 1993.

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    Scarlett O’Phelan Godoy

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    1 Alejandro de Humboldt en su Ensayo Político sobre el Reino de la Nueva España, México 1966, p. 405, indica que las minas de Hualgayoc fueron descubiertas en 1771. Mientras que, Horacio Villanueva Urteaga en su ensayo "El mineral de Elualgayoc a fines del siglo xviii" publicado en la Revista Universitaria del Cusco, No.98 (1950) p. 184, señala 1772 como el año del descubrimiento. Sobre Hualgayoc como segundo productor de plata consúltese el libro de John Fisher, Minas y Mineros en el Perú colonial. 1776-1824. Lima, 1977 p. 219.

    2 José Ignacio de Lequanda, "Descripción de la provincia de Caxamarca" Mercurio Peruano (1792) t. X p. 210.

    3 Scarlett O'Phelan Godoy, "Vivir y Morir en el mineral de Hualgayoc a fines de la colonia." Jahrbuch fur Geschichte. Lateinamrikas. No. 30, (1993) p. 76.

    4 La primera lista de los mineros registrados en Hualgayoc aparece en Joaquín Ramón de Iturralde. "Relación descriptiva del cerro de H ualgayoc descubierto con poderosas vetas de plata en la provincia de Cajamarca, con noticias exactas de su fatal estado, 1776." Historia de Cajamarca. Siglos xvi-xviii. Vol. 111. Cajamarca 1986.

    5 Val R. Lorwin y Jacob M. Price. The Dimensions of the Past. Materials, Problems and

    Opportunities for Quantitative work in History. Yale University Press, 1972 p. 317. Para Herbert Klein al elevado índice de hijos ilegítimos y la poca precisión en los registros parroquia les se suma la intensa movilidad geográfica en el México colonial. Consúltese su artículo "Familia y Fertilidad en Amatenango, Chiapas.(1785-1816)" Historia Mexicana Vol. xxxvi, No. 2 (1986) p. 273.

    6 El tema es tratado por Claude Morin. Santa Inés Zacatelco (1646-1812). Mexico, 1973, p. 73.

    7 Ibid.

    8 Ibid.

    9 Pablo Macera, "Sexo y coloniaje" Trabajos de Historia. Vol. 3. Lima, 1977. p. 337. Igualmente se calcula que casi la mitad de las criaturas nacidas en Guadalajara a fines del siglo xviii eran ilegítimas, aunque hay que tener en cuenta que muchos nacimientos no se registraban. Herbert Klein, "Familia y Fertilidad" p. 273.

    10 A. Crespo,R. Arze, F. Romero y M. Money. La vida cotidiana en La Paz. 1800-1825. La Paz, 1975. p. 220.

    11 Esto se comprueba en el caso europeo y también en el caso de Hualgayoc, como veremos más adelante. Al respecto puede consultarse el libro de Peter Laslett. The World we have lost. Cambridge, 1979. p. 139.

    12 El tema ha sido abordado para el caso de México. Josefina Muriel, Los Recogimientos de Mujeres. México, 1974 p. 20. Los hijos espurios eran hijos de adúlteros, de mujeres públicas, de clérigos, monjas o de tratos incestuosos.

    13 Ann Twinam "Honor, Sexualidad e Ilegitimidad en la Hispanoamérica Colonial." Asunción Lavrin (coord.) Sexualidad y matrimonio en la América hispánica, siglos xvi-xviii. México, 1991.p. 139.

    14 Linda Lewin. "Natural and Spurious children in Brazilian Ihneritance law from colony to Empire: A methodological essay." The Americas. Vol.xlviii, No. 3(1992) p. 358.

    15 Edward Shorter. "Illegitimacy, Sexual Revolution and Social Change in Modern Europe." The Journal of Interdisciplinary History. Vol. II. No. 2(1971) p. 238.

    16 Ibid. p. 246.

    17 E.A. Wrigley. "The Growth of Population in Eighteenth century England: A conundrum resolved." Past and Present No. 98(1983) p. 132. Peter Laslett, The world, p. 149 tambien analiza los nacimientos pre-nupciales cuando el matrimonio tardaba en concertarse.

    18 Peter Laslett, The World, p. 94.

    19 René Salinas Meza. "Uniones ilegítimas y desuniones legítimas. El matrimonio y la formación de la pareja en Chile colonial." Pilar Gonzalbo Aizpuru y Cecilia Rabell (comps.) La familia en el mundo iberoamericano. México, 1994. p. 186.

    20 Pablo Macera, "Sexo y coloniaje" p. 338.

    21 Para el caso de México consúltese Patricia Seed. To Lovc, Honor and Obey in colonial Mexico. Conflicts over marriage choice 1574-1821. Stanford, 1988.p. 147 Para el caso de Paraguay consúltese el artículo de Barbara Potthast-Jutkeit "The ass of a mare and otherscandals: marriage and extramari tal relations in nineteenth century Paraguay." Journal of Family History. Vol. 16, No.3 (1991) p. 220.

    22 Margaret Clunies Ross. "Concubinage in Anglo-Saxon England" Past and Present No. 108(1985) p. 6.

    23 Pablo Macera, "Sexo y coloniaje" p. 339.

    24 Francois Giraud. "Mujeres y Familia en la Nueva España." Carmen Ramos Escandón (ed.) Presencia y Transparencia: La mujer en la historia de México. México, 1989. p. 75.

    25 Thomas Calvo. "Concubinato y mestizaje en el medio urbano. El caso de Guadalajara en el siglo xvii" Revista de Indias Vol. xliv. No. 173(1984) p. 206.

    26 Scarlett O'Phelan Godoy, "Vivir y Morir," pp. 84, 85.

    27 Archivo Episcopal de Cajamarca. En adelante, A Ep. Cj. Leg. 10. Cuaderno 222. Año 1770-76.

    28 Rene Salinas Meza. "La violencia conyugal y el rol de la mujer en la sociedad chilena tradicional, siglos xviii-xix" Jorge Muñoz Sánchez (ed.) Historia tic la mujer y la familia. Quito, 1991. pp. 45,47. En el caso de Europa la segunda razón más frecuente que daban las esposas para pedir la separación legal de sus cónyugues era el adulterio del marido con una sirvienta. Cissie Fairchilds "Female sexual attitutes and the rise of illegitimacy: a case study." Journal of Intcrdisaplainary History. VIII: 4(1978) p. 639.

    29 Francois Giraud. "Mujeres y familia" p. 75. Esto coincide con el punto de vista de Alberto Flotes Galindo y Magdalena Chocano en su artículo "Las cargas del sacramento" Revista Andina, Año 2 No. 2 (1984) p. 415, para quienes " I ener varias amancias era un atributo masculino, tolerado en la práctica, mientras que la mujer estaba obligada a no inflingir ni siquiera con la imaginación las normas de la monogamia."

    30 Pilar Gonzalbo Aizpuru. Las mujeres de la Nueva España. México, 1987. p. 256.

    31 Susan Socolow. "Women and crime. Buenos Aires, 1757-97." Lyman Johnson (ed.) The Problem of order in changing societies. Albuquerque, 1990. p. 12.

    32 Asunción Lavrin. "Investigación sobre la mujer déla colonia en México: siglos xvii y xviii" Las mujeres Latinoamericanas. Perspectivas Históricas. México, 1985. p. 54. En un principio en Inglaterra tambien las ofensas sexuales eran preocupaciones eclesiásticas. Al respecto puede consultarse el artículo de Peter Laslett "Long term trends in bastardy in England" Faimily Life and Illicit Love in Earlier Generations. Cambridge University Press, 1977 p. 103.

    33 Pilar González Aizpuru. Las mujeres, p. 256.

    34 Patricia Seed. To Love, p. 148.

    35 Josefina Muriel. Los Recogimientos p. 20.

    36 Juan Javier Pescador C. "Entre la espada y el olivo: Pleitos matrimoniales en el Provisorato Eclesiástico de México, siglo xviii." Pilar Gonzalbo Aizpuru y Cecilia Rabell.(comps.) La familia en el mundo ideroamerienno. México, 1994 p. 197.

    37 Para el caso europeo consúltese el artículo de Cissie Fairchilds, "Female sexual attitutes" p. 641. Para el caso de España tenemos el artículo de Juan García González. "El incumplimiento de las promesas de matrimonio en la Historia del Derecho Español." Anuario de Historia del Derecho Español. Tomo XXIII (1953). Con relación a México el tema ha sido abordado por Patricia Seed, To Love p. 111.

    38 Cissie Fairchilds, "Female sexual attitutes" p. 643.

    39 Ibid. pp. 641-642.

    40 Barbara Potthast-Jutkeit, "The ass of a mare" p. 220.

    41 Peter Laslett, The world, p. 138. Esto ocurrió en Inglaterra en el siglo xix. por ejemplo.

    42 Cissie Fairchilds, "Female sexual attitutes" p. 635.

    43 Kristin Ruggiero. "Honor, maternity and the discipline ofwomen: Infanticide in late nineteenth century Buenos Aires." H.A.H.R. 72: 3 (1992) pp. 353, 356.

    44 Para el caso europeo consúltese el artículo de Louise A. Tilly, Joan W. Scott v Miriam Cohén. "Women's work and European Fertility Patterns" The Journal of Interdisciplinary History. Vol. VI. No.3(1976) p. 455.

    45 Robert McCaa. "La viuda del México borbónico: sus voces, variedad y vejaciones" (ms.) p. 11. Mi gratitud al autor por darme acceso a este ensayo.

    46 Scarlett O"Phelan Godoy, "Vivir y morir" p. 109.

    47 Silvia Arrom en su libro The Women of Mexico City, 1790-1857, Stanford 1985, discute la presencia de viudas ficticias. Consúltese también el artículo de William Folan y Phil Wigandn, "Fictive Widowhood in rural and urban Mexico", Anthropologica, No.10(1968). Es muy sugerente el artículo de Robert McCaa "¿Porqué habían tantas viudas en el México borbónico?" Pilar Gonzalbo(ed.) Las familias novohispanas siglos xvi-xix. México, 1991. p. 301.

    48 Robert McCaa. "Courtship, marriage and concubinage in Mexico and Spain, 1500-1800." (ms.), Agradezco al autor el haberme facilitado una copia de este trabajo.

    49 A. D. Cj. Protocolos Notariales. Escribano Juan de Silva Santisteban. Año 1799. Leg.139. f.133vta.Otro caso es el de Florentino Arriola, originario de Piura, quien estaba casado con Jacinta Peralta, hija natural de Don Andrés Peralta con Juana Monzón. Doña Jacinta falleció sin darle hijos aunque, al momento de testar Florentino Arriola declaró tener un hijonatural de 5 años a quien dejó 1,000 pesos. (Archivo Departamental de Lambayeque. En adelante, A. D. L. Protocolos Notariales. Escribano Manuel Vásquez Meléndez. Leg. 10. Año 1790. f. 106 vta.)

    50 Paul Ganster. "Miembros de los Cabildos Eclesiásticos y sus familias en Lima y la ciudad de México en el siglo xviii" Pilar Gonzalbo Aizpuru (coord.) Familias Novohispanas. Siglos xvi-xix. México 1991. p. 150. Tanto en Lima como en México el hijo era necesario para perpetuar el apellido y heredar una importante porción de las propiedades.

    51 A. D. Cj. Protocolos Notariales. Escribano Mariano del Campo. Año 1827-28. Leg. 11 tomo 2.f. 121 vta.

    52 A. D. Cj. Protocolos Notariales. Escribano Basilio Antonio Guzmán. Año 1806. Leg. 38, f. 35vta.

    53 Para el caso de México, Elsa Malvido se refiere al hijo de padres no conocidos o expósito con padrinos, al hijo ilegítimo con madre, al huérfano ilegítimo con padrinos, y al ilegítimo donado a la iglesia con padrinos. No incluye al hijo natural con ambos padres mencionados. Consúltese su artículo "El abandono de los hijos –una forma de control del tamaño de la familia y del trabajo indígena–Tula (1683-1730)." Historia Mexicana, Vol. xxix No.116(1979) p. 322.

    54 A. O. Cj. Protocolos Notariales. Escribano Antonio Palma. Año 1784. Leg. 50, í. 211.

    55 A. D. Cj. Protocolos Notariales. Escribano Antonio Palma. Año 1786. Leg. 50, f. 321 vta.

    56 MargaretClunies Ross, "Concubinage", p. 6. trabaja el tema para el caso inglés.

    57 Archivo Departamental de La Libertad. En adelante, A. D. L. L. Protocolos Notariales. Escribano Juan Ortega. Año 1838. Leg. 602. f. 123vta.

    58 A. D. Cj. Protocolos Notariales. Escribano Manuel de Silva y Santisteban. Año

    1814. Leg. 130. f.162vta.

    59 A. D. Cj. Subdelegados. Año 1820. Leg. 152. f. 22.

    60 A. D. L. L. Protocolos Notariales. Escribano Juan Ortega y Salmón. Año 1838. Leg. 602, f. 383.

    61 A. D. Cj. Protocolos Notariales. Escribano Mariano del Campo. Año 1833. Leg.13 tomo 1, f. 223.

    62 Edith Couturier, "Micaela Angela Carrillo: widow and pulque dealer." David G. Sweet y Gary B. Nash. Struggleand Survival in Colonial America. Ca lifornia, 1981. p. 367.

    63 A.D.L. L. Protocolos Notariales. Escribano Miguel Concha. Año 1811. Leg. 316. f. 198vta.

    64 Cissie Fairchild, "Female Sexual Attitudes" p. 629. La movilidad ocupacional permite al hombre abandonar fácilmente a la mujer que ha seducido.

    65 Este fenómeno ha sido más estudiado para el caso de México. Consúltese el artículo de Marta Espejo-Ponce Hunt. "The process of the development of Yucatán, 1600-1700." Ida Altman y James Lockhart (eds.) Provinces of Early Mexico. Los Angeles, 1976 p. 41.

    66 A. D. L. L. Protocolos Notariales. Escribano Nuñez del Arco. Año 1804. Leg. 339. f. 33. Otro caso enquese combina ser hijo natural v procrear hijos ilegítimos es el de Manuel Ramírez de Arellano, originario de Piura y vecino de Trujil lo. Era hijo natural de Don ToribioRamírez deArellano y Doña Josefa deEspinosa.CasadoconGregoria Cedeño tuvo dos hijas legítimas Francisca y Petrona. Simultánemente reconoció como suya a una hija natural habida en Piura con Doña Josefa Navarro. A. D. L. L. Protocolos Notariales. Escribano Juan Ortega. Leg. 597 f. 346.

    67 Carmen Castañeda. "La formación de la pareja y el matrimonio." Pilar Gonzalbo Aizpuru. (coord.) Familias Novohispanas. Siglos xvi al xix. México, 1991. p. 86. Parece que no era inusual mantener relaciones simultáneas. Tal es el caso de Antonio Lázaro Temblador, residente en Guadalajara, quien dió palabra de casamiento a dos mujeres: Phelipa Navarro y Theresa Navarro.

    68 A. D. Cj. Protocolos Notariales. Escribano Mariano del Campo. Año 1828. Leg. 11. tomo 2. f. 216.

    69 A. D. L. L. Protocolos Notariales. Notario Miguel Concha. Año 1811. Leg. 316. f. 359vta

    70 Archivo General de Indias. En adelante, A. G. I. Audiencia de Lima. Leg. 1600. Año 1795.

    71 A. D. Cj. Protocolos Notariales. Escribano Manuel Silva Santisteban. Año 1808. Leg. 129. f. 85vta.

    72 A. D. Cj. Protocolos Notariales. Escribano Mariano del Campo. Año 1822-23. Leg. 10, tomo 1. f. 137.

    73 A. D. Cj. Protocolos Notariales. Escribano Mariano del Campo. Año 1825. Leg. 10, tomo 2. f. 99.

    74 La información sobre BlasCasanova proviene del A.D.Cj. Protocolos Notariales. Escribano Mariano del Campo. Año 1822-23.Leg. 10 tomo 1. f.l37. La información relativa a Casimiro Casanova se encuentra en A.D.Cj. Protocolos Notariales. Escribano Mariano del Campo. Año 1825. Leg. 10, tomo 2. f. 99.

    75 María Urquidi. "De la familia interrumpida a la familia Novohispana. Formación y transformación de la familida Urquidi de Chihuahua." Pilar Gonzalbo Aizpuru. (coord.) Familias Novohispanas. Siglos xvi al xix. México, 1991. p. 146. A fines del siglo xviii se observa que varios miembros de la familia en cuestión pasaron a formar parte de la milicia de la región. La tendencia familiar se iba encaminando hacia las actividades militares y políticas

    76 Archivo General de la Nación (Lima). En adelante, A. G. N. Protocolos Notariales. Escribano Faustino Olaya. Año 1813. Leg. 551. f. 40vta.

    77 A. D. Cj. Protocolos Notariales. Escribano Mariano del Campo. Año 1843. Leg. 13. tomo 3. f. 103vta.

    78 A. D. Cj. Protocolos Notariales. Año 1823. Leg. 10, f. 185.

    79 A. D. Cj. Corregidores. Leg.154. Año 1770-84 Diversos, f. 641.

    80 Ann Twinam. "Honor, Sexualidad..." pp. 129, 168. De acuerdo al cuadro elaborado por la autora, la Audiencia de Santo Domingo fue donde se presentaron con más frecuencia las solicitudes.

    81 A. D. Cj. Protocolos Notariales. Escribano Juan de Silva Santisteban. Leg. 138. Año 1787-88. Vol. I. f. 332.

    82 Ann Twinam. "Honor, Sexualidad..." p. 154. La autora alude al caso de don Domingo Herboso y Figueroa, sacerdote y deán en la catedral de La Plata quien había procreado dos hijos, registrándolos como expósitos.

    83 A. D. L. L. Protocolos Notariales. Escribano Manuel Muñoz. Año 1821. Leg. 547 No. 81 f. 129.

    84 A. E. Cj. Libro de Defunciones de Hualgayoc. Años 1789-1825.

    85 Scarlett O'Phelan Godoy, "Vivir y Morir", p. 109.

    86 Scarlett O'Phelan Godoy, "Vivir y Morir" p. 97.

    87 Ibid. p. 92. En 1792, cuando visitó Cajamarca José Ignacio de Lequanda registró un sustancial aumento de la población déla provincia en terminos globales. Ello coincidecon el hecho deque fue precisamenteentre l790-92que sed io un sensible repunte de la producción de Hualgayoc, siendo 1792 en términos absolutos el año que registró el más alto diezmo de plata de todo el período en estudio.

    88 Ibid. pp. 120-125.

    89 Ibid. p. 126.

    90 A. Ep. Cj. Libro de Defunciones de Hualgayoc. Caso 73.23 de Setiembre de 1790.

    91 A. Ep. Cj. Libro de Defunciones de Hualgayoc. Caso 165. 17 de Enero de 1793. En el caso 146 se registra a Paula, tambien huérfana, a cargo de Juana Baldés.

    92 A. Ep. Cj. Libro de Defunciones de Hualgayoc. Caso 125.22 de Agosto de 1792.

    93 A. Ep. Cj. Libro de Defunciones de Hualgayoc. Caso 198.1 de Setiembre de 1795.

    94 Ann Twinam. "Honor y Sexualidad" pp. 126-129. En el artículo se explicita el caso de doña Margarita Martínez Orejón de Taxco, México, quien en 1754, a los 18 años se percató que estaba embarazada. Era soltera y pertenecía a una de las familias más distiguidas deesa localidad. Tuvo a su hijo en secreto, registrándolo corno "huérfano."

    95 A. Ep. Cj. Libro de Defunciones de Hualgayoc. Caso 598. 19 de Junio de 1810.

    96 A. Ep. Cj. Libro de Defunciones de Hualgayoc. Caso 43.11 de Febrero de 1790.

    97 A. Ep. Cj. Libro de Defunciones de Hualgayoc. Caso 76. 21 de Octubre de 1790.

    98 A. Ep. Cj. Libro de Defunciones de Hualgayoc. Caso 84. 15 de Enero de 1791. Igualmente, en 1792, María Antonia Mori registró a Petrona, sin mencionar el apellido. Caso 128. 2 de Setiembre de 1793.

    99 A. Ep. Cj. Libro de Defunciones de Hualgayoc. Caso 86. 18 de Enero de 1791.

    100 A. Ep. Cj. Libro de Defunciones de Hualgayoc. Caso 161.10 de Enero de 1793.

    101 A. Ep. Cj. Libro de Defunciones de Hualgayoc. Caso 126. 23 de Agosto de 1792

    102 A. Ep. Cj. Libro de Defunciones de Hualgayoc. Caso949.11 de Febrero de 1823.

    103 Susan M. Socolow. "Cónyuges aceptables: La elección de consorte en la Argentina colonial, 1778-1810." Asunción Lavrín (coord.) Sexualidad y matrimonio en la America hispánica. México, 1991 pp. 257,258. Para mayor información sobre la Pragmática Sanción se puede consultar el libro de Daisy Ripodas Ardanaz, El matrimonio en Indias. Realidad social y regulación jurídica. Buenos Aires, 1977.

    1 La expresión de hijos naturales "sin impedimento alguno" proviene del testamento de José Arana. Archivo Departamental de Cajamarca. En adelante A.D.Cj. Protocolos Notariales. Escribano Basilio Antonio Guzmán. Año 1806. Leg.No.38 fj.35vta. La presente investigación fue financiada por el Banco de España. Agradezco a Mónica Guerrero de Cillóniz su compañía y colaboración como asistente de investigación. El ensayo que aquí se publica fue redactado durante mi estancia como Visiting Scholar en el Centre of Latín American Studies, Universidad de Cambridge, Easter term 1993. Para el caso de la ilegitimidad en Lima en el siglo xvii consúltese el importante libro de ¡Manía Emma Mannarelli Pecados Públicos. Lima, 1993.

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    Ce livre est cité par

    • (2017) The End of Iberian Rule on the American Continent, 1770–1830. DOI: 10.1017/9781316795996.002
    • Berquist, Emily. (2008) Bishop Martínez Compañón's Practical Utopia in Enlightenment Peru. The Americas, 64. DOI: 10.1353/tam.2008.0019
    • Hernández García, Elizabeth . (2021) Las independencias en el norte del Perú: la intendencia de Trujillo y la opción patriota (1820-1823). Revista de Indias, 81. DOI: 10.3989/revindias.2021.003

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    • Povea Moreno, Isabel M.. (2023) Dejadas entre renglones. Mujeres, niñas y niños en la minería de Hispanoamérica colonial, una aproximación. Balance historiográfico y perspectivas. Trashumante. Revista Americana de Historia Social. DOI: 10.17533/udea.trahs.n21a08

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