1El sitio de San Antonio Nogalar y sus anexos suministraron un total de 23 189 fragmentos cerámicos; 22 753 encontrados en excavaciones y 436 recogidos en superficie. Además, 54 piezas de cerámica pudieron ser casi completamente reconstituidas, cuyas partes no fueron incluidos en la cuenta de fragmentos. Ese total de vasijas de barro, o de tiestos de vasijas de barro, fue clasificado en ocho tipos o grupos diferentes, los cuales serán descritos y estudiados a continuación bajo las siguientes rúbricas:

2Los tres primeros tipos constituyen el 96.9% de los fragmentos cerámicos recolectados. El capitulo de los ‘'Posclásicos diversos” agrupará varios tipos escasamente representados, cuyo origen más reciente obliga a tratarlos en forma separada.

3Considerando el género de material que hemos manejado, nos pareció que sería tarea difícil y a menudo artificial la de querer presentar con demasiado rigor y precisión los tipos cerámicos definidos por nosotros. Algunos pudieron dividirse en forma más sistemática, pero pensamos que los subtipos así creados sólo habrían tenido una realidad bastante dudosa. Por otra parte, la proximidad de la Huasteca nos permitió, con frecuencia, seguir muy de cerca la clasificación de Ekholm (1944).

4Hemos distribuido las piezas de cerámica de San Antonio Nogalar en 34 formas principales, que presentamos en un cuadro estadístico brevemente ilustrado, contenido en el sobre de contratapa, al final del volumen. Al lector no especializado en el tema, frecuentemente le será muy útil tener dicho cuadro a la vista durante la lectura de esta segunda parte de nuestro libro.

5La clasificación morfológica de las piezas enteras, o de perfil completamente reconstituido es, en general, una tarea relativamente fácil. Desde luego, no sucede lo mismo con los fragmentos cerámicos, cuya distribución entre las diferentes formas sólo puede ser aproximada. Más aún, automáticamente se tiende a exagerar la importancia numérica de ciertas formas, tales como los molcajetes y los braseros, pues sus partes son fácilmente reconocibles debido a sus incisiones o a sus protuberancias características.

6Con respecto a la terminología francesa de la cerámica, hemos intentado seguir el cuadro trazado por Hélène Balfet en una obra general dirigida por A. Leroi-Gourhan (1966), como también los datos generales del Code pour l’analyse des formes de poteries, publicado por el CNRS y el Centre d’Analyses Documentaires pour l’Archéologie (1962).

7Nuestro empleo del término “escudilla de perfil aristado” corresponde a la terminología de Mac Neish (“carinated bowl”), en su obra de 1958 sobre la sierra de Tamaulipas. Más recientemente, al estudiar la cerámica del valle de Tehuacán, este mismo autor reemplazó dicho término por el de “composite silhouette bowl”.

8Además de la alfarería, el sitio de San Antonio Nogalar suministró 150 fragmentos de figurillas de barro y una cierta cantidad de objetos o fragmentos de objetos diversos en cerámica: sonajas esféricas, pipas, cuentas esféricas o cilindricas, colgantes, canicas; y, a razón de un solo ejemplar: silbato, ocarina, malacate, sello, anillo con tubo de suspensión, molde, etc. Figurillas y pequeños objetos diversos serán tratados separadamente.